sábado, 6 de junio de 2020

EL PLAGIADOR DILETANTE.

Querido S:

    Como persona cultivada que sois, no tendréis conocimiento, de cierta historia protagonizada por unos jóvenes mochileros de la administración en los primeros años 90 del Siglo XX.

    En aquella época, yo era un habitual de determinados cenáculos poco recomendables. tanto el Viejo Lobo como yo aún no teníamos la enorme dicha de haber encauzado nuestra vida sentimental.

    Recuerdo aquellos fines de semana acompañados del Clásico y de nuestro entrañable Osmin, en fin como os decía mochileros, principiantes en la Administración Pública. Era un extraordinario espectáculo. Como bien sabéis en aquella época, yo estaba en el "lado oscuro" y votaba al PSOE, aunque visto lo visto, y en comparación con el socialismo e izquierdismo español actual, hubiera sido la menos mala de las opciones.

    Fueron veladas extraordinarios, todos con veintimuchos y treintaypocos años. Nos movíamos con un auténtico plan de batalla. El Clásico seleccionaba la zona de asueto y caza, el Viejo Lobo embelesaba a las damas con su verbo fluido, Osmín las ahuyentaba, y yo simplemente me limitaba a no molestar, una de mis escasas virtudes.

    El caso es que recuerdo cierta noche de viernes, con la música de Boney M a toda pastilla, y tras la ingesta de no se que endiablaba mezcla de bebidas combinadas, el clásico me dijo "El amor es como el fuera de juego", yo me quedé de piedra como podéis imaginar, aparte la mirada del hermoso trasero de una cuarentona sandunguera que me estaba llevando a mal traer durante toda la noche, y me quede mirando al clásico sin decir palabra, pero con expresión de sorpresa,"Sí, el amor es como el fuera de juego", afirmó de nuevo, "es como el fuera de juego, porque todo el mundo sabe lo que es pero nadie lo sabe explicar".

    Excelencia, ya sabéis que mis últimas entradas, extrañamente frecuentes, han sacudido gran cantidad de conciencias, y me alegro porque eso es señal de que aún las hay.

    El caso es que hace unos pocos días, tuve a bien compartir un reparador cafe con galletas Maria (en mi caso), con el Viejo Lobo y Osmín. En un momento de descuido por parte de este que pretendía llamar la atención de cierta dama, como siempre sin éxito, El Viejo Lobo me hizo llegar unas viejas hojas escritas a máquina que pertenecían a un familiar. El tal familiar era el Tio Eliecer, el Viejo lobo siempre hablaba de él, y me dijo que hacía poco tiempo había encontrado un pequeño diario del susodicho.

    El tío Eliecer, según me comentaba el Viejo lobo, era el bicho raro de la familia, no se había casado, era el solteron, aunque en verdad su espíritu era lo contrario según decía el mismo, aunque la gente pensaba que en verdad era alguien que huía del compromiso. Se le habían conocido algunos "líos" . Yo mismo me había formado esa imagen de él, con las cosas que había contado a lo largo de todos estos años mi amigo.

    Sin embargo después de leer ese diario mi opinión del tio Eliecer ha cambiado.

    Según decía había conocido a algunas mujeres, por cierto bastante guapas, no porque él lo dijera, sino por las fotografías que acompañaban a aquel diario. Siempre estuvo buscando un tipo de mujer, que la verdad es que no sabría decir cual era, pero estaba definida por las sensaciones que despertaban en él las distintas damas con las que coincidía, era una visión romántica, ingenua diría yo, tenía un molde de mujer, esa amada ideal, en donde pretendía encajar a cualquiera de ellas, no se sabe por que, pero en todo caso engañándose a si mismo. Y lo más curioso es que en el fondo de su corazón él sabía perfectamente que eso era mentira, y la decepción por no cumplir esas expectativas por parte de las damas en cuestión hacía precisamente que continuará de forma más compulsiva en la búsqueda sin saber por qué, ni para qué.

    Su buen amigo Liborio, le reía las gracias pero sabía perfectamente que todo aquel montaje, atrezzo, o decorado de cartón piedra no era más que eso. Y tenía razón, el tio Eliecer siempre había tenido un miedo terrorífico al compromiso, al contrario que Liborio que había formado una familia y le había echado muchos bemoles a la vida. Sin embargo el tio Eliecer no, en su juventud, cerraba todos los garitos habidos y por haber y se bebía hasta el agua de los floreros, todo ello acompañado de una innata torpeza para relacionarse, con las mujeres.

    Pero sin embargo Sire, y aquí viene la parte importante de este relato, de repente apareció "ELLA", en el momento más inesperado y en el lugar más inesperado. Con mucho camino recorrido, pero todavía con un trecho por recorrer, sí, la había estado esperando toda la vida. El muy idiota se dio cuenta de golpe de muchas cosas, sí, parecía absurdo, pero es como si la conociera de siempre, porque se dio cuenta que la había estado esperando toda la vida. De repente todo era fácil, sentimentalmente hablando, todo iba sólo, "ELLA" era un todo en si mismo, era una "fabricante de paraísos" como decía el Maestro Fernando Savater. Sólo pensaba en "ELLA", sólo le importaba "ELLA", se sentía frágil y fuerte a la vez, tenía miedo a perderla, pero se sentía diferente, tenía ese miedo "auténtico" a la verdad, porque ya no había excusas, "ELLA" era la mujer de su vida, en una situación complicada, con un entorno complicado. Eliecer se dio cuenta, que ahora en verdad es cuando tenía miedo, porque la amaba, y no pensaba en otra mujer, se dio cuenta que no quería "soledades acompañadas", porque no eran "ELLA". En fin una mezcla de sentimientos contradictorios, que le daban estabilidad y desasiego a la vez, una extraña serenidad, difícil de explicar, porque era inexplicable.

    Llegado a ese punto, se planteaba la pregunta clave ¿y ahora qué?, ¿como solucionar esta situación?, ¿merecía la pena continuar?. El tío Eliecer sólo supo contestar a la última pregunta y su respuesta era categórica "sí". A pesar de todo y de todos, de las dudas, de los convencionalismos, de las dificultades, de la putas incomprensiones, daba todo igual....todo absolutamente todo, salvo "ELLA", porque "ELLA" sí que merecía superar todos sus miedos, temores, contradicciones. En fin una historia apasionante, de la que espero contaros algún día no el final sino el principio. Pero aún así me atrevo a contestar a las dos primeras preguntas, con la frase del Maestro Fernando Savater, "no podemos hacer nada por las personas que amamos, sólo seguir amándolas". Eso es lo que hay que hacer seguir amándola, en la distancia y en una discretísima cercanía próxima, dando la cara, cuando haya que darla, porque desde luego habrá que hacerlo en un futuro próximo, estando a su lado siempre, pero especialmente en ese momento, para estar con "ELLA", para siempre, y estoy seguro que será así como así lo hizo el tío Eliecer. Me gustaría ser más explicito, pero me remito a ese viejo diario del tío Eliecer, porque como me dijo hace muchos años el Clásico, el amor es como el fuera de juego todo sabemos lo que es pero no lo sabemos explicar, y precisamente por eso, nos da miedo.

    Besos desde la guarida.

    Saludos. E.


1 comentario:

El Viejo Lobo dijo...

Ya está usted enredando con la misma matraca.A quién quiere usted engañar? A estas alturas de la faena sus escasos lectores no tenemos un pase.Por mucha perífrasis que emplee, hasta el más ingenuo conoce al protagonista de la historia. Un personajillo de tres al cuarto, que se autoengaña con esa absurda idea de que esta vez ha encontrado el amor. Cuando en realidad es un placebo. Ha encontrado usted una persona comprometida hasta el corvejón con otra, cuestión que para usted en lugar de constituir un problema, se hace un requisito esencial, porque usted en realidad no quiere entrar a matar, sino seguir recreándose en la suerte para que nunca acabe ese paseillo hacia el auténtico amor, que usted hubiera preferido no haber iniciado.

Estamos cansados que nos cuente siempre la misma historia para justificar que es usted el fracaso personificado. Asuma su condición y salga del armario de una vez!!!