Querido
S:
Como
persona cultivada que sois, no tendréis conocimiento, de cierta
historia protagonizada por unos jóvenes mochileros de la
administración en los primeros años 90 del Siglo XX.
En
aquella época, yo era un habitual de determinados cenáculos poco
recomendables. tanto el Viejo Lobo como yo aún no teníamos la
enorme dicha de haber encauzado nuestra vida sentimental.
Recuerdo
aquellos fines de semana acompañados del Clásico
y de nuestro entrañable Osmin, en fin como os decía mochileros,
principiantes en la Administración Pública. Era un extraordinario
espectáculo. Como bien sabéis en aquella época, yo estaba en el
"lado
oscuro" y
votaba al PSOE,
aunque visto lo visto, y en comparación con el socialismo e
izquierdismo español
actual, hubiera
sido la menos mala de las opciones.
Fueron
veladas extraordinarios, todos con veintimuchos y treintaypocos años.
Nos movíamos
con un auténtico plan de batalla. El Clásico
seleccionaba la zona de asueto y caza, el Viejo Lobo embelesaba a las
damas con su verbo fluido, Osmín las ahuyentaba, y yo simplemente
me limitaba a no molestar, una de mis escasas virtudes.
El
caso es que recuerdo cierta noche de viernes, con la música de
Boney M a toda
pastilla, y tras la ingesta de no se que endiablaba mezcla de bebidas
combinadas, el clásico me dijo "El amor es como el fuera de
juego", yo me quedé de piedra como podéis imaginar, aparte la
mirada del hermoso trasero de una cuarentona sandunguera que me estaba
llevando a mal traer durante toda la noche, y me quede mirando al
clásico sin decir palabra, pero con expresión de sorpresa,"Sí,
el amor es como el
fuera de juego", afirmó
de nuevo, "es como el fuera de juego, porque todo el mundo sabe
lo que es pero nadie lo sabe explicar".
Excelencia,
ya sabéis que mis últimas entradas, extrañamente frecuentes, han
sacudido gran cantidad de conciencias, y me alegro porque eso es
señal de que aún las hay.
El
caso es que hace unos
pocos días, tuve a
bien compartir un reparador cafe con galletas Maria (en mi caso), con
el Viejo Lobo y Osmín. En un momento de descuido por parte de este
que pretendía llamar la atención de cierta dama,
como siempre sin éxito, El Viejo Lobo me hizo llegar unas viejas
hojas escritas a máquina que pertenecían a un familiar.
El tal familiar era
el Tio Eliecer, el Viejo lobo siempre
hablaba de él, y me dijo que
hacía poco tiempo había encontrado un pequeño diario del
susodicho.
El
tío Eliecer, según
me comentaba el Viejo lobo, era el bicho raro de la familia, no se
había casado, era el solteron, aunque en verdad su espíritu era
lo contrario según
decía el mismo,
aunque la gente pensaba que en verdad era alguien que huía del
compromiso. Se le habían
conocido algunos
"líos"
. Yo mismo me había formado esa imagen de él, con las cosas que
había contado a lo largo de todos estos años mi
amigo.
Sin
embargo después de leer ese diario mi opinión del tio Eliecer ha
cambiado.
Según decía
había conocido a
algunas mujeres, por cierto bastante guapas, no porque él
lo dijera, sino por las fotografías que acompañaban a aquel
diario. Siempre
estuvo buscando un tipo de mujer, que la verdad es que no sabría
decir cual era, pero estaba definida por las sensaciones que
despertaban en él las distintas damas con las que coincidía, era
una visión romántica, ingenua diría yo, tenía un molde de mujer,
esa amada ideal, en donde pretendía encajar a cualquiera de ellas,
no se sabe por que,
pero en todo caso engañándose a si mismo. Y
lo más curioso es que en el fondo de su corazón él sabía
perfectamente que eso era mentira, y la decepción por no cumplir
esas expectativas por parte de las damas en cuestión hacía
precisamente que continuará de forma más compulsiva en la búsqueda
sin saber por qué,
ni para qué.
Su
buen amigo Liborio,
le reía las gracias pero sabía perfectamente que todo aquel
montaje, atrezzo, o decorado de cartón piedra no era más que eso. Y
tenía razón, el tio Eliecer siempre había tenido un miedo
terrorífico al compromiso, al contrario que Liborio que había
formado una familia y le había echado muchos bemoles a la vida. Sin
embargo el tio Eliecer no, en su juventud, cerraba todos los garitos
habidos y por haber y se bebía hasta el agua de los floreros,
todo ello acompañado de una innata torpeza para relacionarse, con
las mujeres.
Pero
sin embargo Sire, y aquí
viene la parte
importante de este relato, de repente apareció "ELLA", en
el momento más inesperado y en el lugar más inesperado. Con mucho
camino recorrido, pero todavía con un trecho por recorrer, sí,
la había estado esperando toda la vida. El muy idiota se dio
cuenta de golpe de
muchas cosas, sí,
parecía absurdo, pero es como si la conociera de siempre, porque se
dio cuenta que la había estado esperando toda la vida. De repente
todo era fácil, sentimentalmente hablando, todo iba sólo, "ELLA"
era un todo en si mismo, era una "fabricante de paraísos"
como decía el Maestro Fernando Savater. Sólo pensaba en "ELLA",
sólo le importaba "ELLA", se sentía frágil y fuerte a la
vez, tenía miedo a perderla, pero se sentía diferente, tenía ese
miedo "auténtico"
a la verdad, porque ya no había excusas, "ELLA" era la
mujer de su vida, en una situación complicada, con un entorno
complicado. Eliecer se dio cuenta, que ahora en verdad es cuando
tenía miedo, porque la amaba, y no pensaba en otra mujer, se dio
cuenta que no quería "soledades acompañadas", porque no
eran "ELLA". En fin una mezcla de sentimientos
contradictorios, que le daban estabilidad y desasiego a la vez, una
extraña serenidad, difícil de explicar, porque era inexplicable.
Llegado
a ese punto, se planteaba la pregunta clave ¿y ahora qué?, ¿como
solucionar esta situación?, ¿merecía la pena continuar?.
El tío Eliecer sólo supo contestar a la última pregunta y su
respuesta era categórica "sí". A pesar de todo y de
todos, de las dudas, de los convencionalismos, de las dificultades,
de la putas incomprensiones, daba todo igual....todo absolutamente
todo,
salvo "ELLA", porque "ELLA" sí que merecía
superar todos sus miedos, temores, contradicciones. En fin una
historia apasionante, de la que espero contaros algún día no el
final sino el principio. Pero aún así me atrevo a contestar a las
dos primeras preguntas, con la frase del Maestro Fernando Savater,
"no podemos hacer nada por las personas que amamos, sólo seguir
amándolas". Eso es lo que hay que hacer seguir amándola, en la
distancia y en una discretísima cercanía próxima, dando la cara,
cuando haya que darla, porque desde luego habrá que hacerlo en un
futuro próximo, estando a su lado siempre, pero especialmente en ese
momento, para estar con "ELLA", para siempre, y estoy
seguro que será así como así lo hizo el tío Eliecer. Me gustaría
ser más explicito, pero me remito a ese viejo diario del tío
Eliecer, porque como me dijo hace muchos años el Clásico, el amor es
como el fuera de juego todo sabemos lo que es pero no lo sabemos
explicar, y precisamente por eso, nos da miedo.
Besos
desde la guarida.
Saludos.
E.
1 comentario:
Ya está usted enredando con la misma matraca.A quién quiere usted engañar? A estas alturas de la faena sus escasos lectores no tenemos un pase.Por mucha perífrasis que emplee, hasta el más ingenuo conoce al protagonista de la historia. Un personajillo de tres al cuarto, que se autoengaña con esa absurda idea de que esta vez ha encontrado el amor. Cuando en realidad es un placebo. Ha encontrado usted una persona comprometida hasta el corvejón con otra, cuestión que para usted en lugar de constituir un problema, se hace un requisito esencial, porque usted en realidad no quiere entrar a matar, sino seguir recreándose en la suerte para que nunca acabe ese paseillo hacia el auténtico amor, que usted hubiera preferido no haber iniciado.
Estamos cansados que nos cuente siempre la misma historia para justificar que es usted el fracaso personificado. Asuma su condición y salga del armario de una vez!!!
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