domingo, 5 de marzo de 2017

POLICHINELA DE SALDO.

Querido S:

Imagino que Vuecencia conocerá lo que decía el Maestro Umbral, quien afirmaba seriamente, que lo mejor que había escribo era un plagio de un diccionario francés, pero sólo él podía decir esas cosas a modo de ironía.

Sin embargo tengo que reconocer sin el menor rubor, que lo mejor sin duda de este blog, son los comentarios del Viejo Lobo, así, y lo que es más os tengo que reconocer que si existe este blog es para que él lo ilustre con sus comentarios.

Como bien sabeis el Viejo Lobo, es lo contrario, en lo referente a la oratoria, que su augusto progenitor, el Gran Viejo Lobo, pues este último huye de los pleonasmos. Como Vuecencia sabe, el pleonasmo, no es más que añadir más palabras de las necesarias para expresar algo. Así por ejemplo el Gran Viejo Lobo, si por un casual se encuentra en una reunión en la que el aire acondicionado no funciona, nunca dira algo así como “les hago constar a los aquí presente, que el aparato catalizador y la vez humificador, y que permite que tengamos una adecuada conversación y un mejor ambiente, pues mantiene de forma más que perfecta una saludable temperatura, presenta ciertas anomalias que impide su funcionamiento adecuado, y que estoy empezando a notar”, no el Gran Viejo Lobo no diría exactamente esto, si no más bien esto “ese aparato es una mierda, y no va”. Como veis Sire, que extraordinaria riqueza sintáctica tiene esa sentencia en una pocas palabras, “Introducción, Nudo y Desenlace”.

Por el contrario el Viejo Lobo, utiliza más palabras para ser un poco menos contundente, pero igual de expresivo.

Porque teneis que saber que el Viejo Lobo, siempre consigue lo que quiere, lo que es más recuerdo que hace poco tiempo, en uno de nuestros almuerzos, le hizo constar de forma brillante y áspera a la vez al operario de turno, que él tomaba la manzanilla en vaso largo, porque en eso estoy de acuerdo con él Sire, tomarlo como lo tomamos aquí en Valencia, en taza, es una de las múltiples mariconadas propias de estas tierras mediterraneas, de las que yo soy partícipe, y lo que es más con sumo gusto. Pues bueno a pesar de todo ello, cada vez que vamos al citado local, el operario, que además es propietario del mismo se lo sirve de esa manera, es lo que ocurre con los intelectuales, a unos nos dirían antipático por ello, sin embargo “ellos” tienen carta blanca, aunque os hago notar que este privilegio sólo lo tiene el Viejo Lobo.

Y no quiero entrar en ciertos detalles ornamentales tipo gafas negras ochenteras que parece que las hayan lijadas, o ese propósito que tiene el Viejo Lobo de encontrar como sea una camisa con chorreras para exibirla ante las amistades en alguna cena veraniega en Cullera.

En fin como podeis ver El Viejo Lobo tiene innumerables virtudes defectuosas o tal vez defectos virtuosos, en el capítulo de desastres estaría tener un amigo como yo, y en el de desastres absolutos estaría el de reírle las gracias a mis heterónimos, que como Vuecencia sabe son numerosos.

Hoy os quería hablar de uno de ellos, nuestro Polichinela, bueno más bien un Polichinela de saldo, de todo a cien, ya conoceis sus desventuras en el arte del fracaso sentimental y también en el futbolístico, porque como sabeís es un profesional del fracaso.

Nuestro Polichinela, es un trasunto de aquel personaje carismático de la comedia italiana, en concreto de la napolitana. Como sabeis este personaje, siempre aparecía en todas las comedias del arte italiano, pero sin diálogo, de fondo, pero el caso es que siempre estaba ahí, era simplemente una “figura decorativa”, sin diálogo, su “encanto” residía en eso, en que no decía nada.

Pero sin embargo nuestro Polichinela, no esta por esa labor, esta empeñado, en que se le de aunque sea una corta frase, aparece en todos los sainetes principescos, y sí, estará cerca de las princesas, pero no les puede decir nada, porque “el director”, tiene a bien no darle ni siquiera una exclamación. Pero sin embargo él sigue ahí, no sólo eso, lo más tremendo, es que este patético personaje, lleva en la mano su libreto, por cierto ya viejo y arrugado, por el tiempo que tiene ya, pidiendo como sea una oportunidad para entrar en escena.

Y además, Sire, y esto sí es escandaloso, es que con tal de estar en escena, se dedica a quitar las cajas y demás decorados al final de cada acto, en que alguna de las princesas ha tenido alguna cuita con algún garbancito, con más suerte que nuestro Polichinela, y que ha tenido la fortuna de que le den protagonismo en los sucesivos sainetes, que nuestro Polichinela llama con enorme cursileria “Historias de Amor”. Y además esa mania cansina que tiene ultimamente de ponerse a todas horas canciones del gran Luis Miguel, y esto sí que tiene gracia, en su mente calenturienta, intenta encontrar en las bellas letras de sus temas un nexo de unión con sus patéticas andanzas sentimentales, ya lo dijo el Maestro Juan Benet, “nunca llegaremos a nada”.

En fin ya ve Vuecencia, la pesadez de este personaje sigue ahí, no hay manera de quitarlo de enmedio, eso sí, cada vez fracasando mejor. Nuestro Polichinela, ni siquiera podrá involucionar para ser una versión pendenciera del Polichinela clásico, porque como Vuecencia sabe, algunas versiones menores de este personaje lo retrataban como un rufian menor, amigo de las peleas y del juego. Eso sí tanto en el Polichinela clásico como en el nuestro, su éxito con las princesas era el mismo, inexsistente.

Así que igual que al Maestro Umbral decía con sorna que lo mejor que había escrito era un plagio, en el caso de nuestro Polichinela, lo que mejor que hace es encargarse del atrezzo entre acto y acto, es para lo que sirve, lo malo es que en su caso sí que es verdad.

Seguid con salud. Saludos E.

Besos desde la guarida.


4 comentarios:

El Viejo Lobo dijo...

Sr. Francotirador: No iba a contestarle, dado que, debido a su gran número de desvaríos no sabe uno por donde empezar. Pero ha tenido usted suerte, porque siempre me han atraído los jorobados y si además llevan máscara carnavalesca, miel sobre hojuelas.Comprendo que usted quiera evolucionar en el escalafón de los papeles a interpretar en esta obra de teatro que es la vida, pero desgraciadamente usted no da la talla. En el mejor de los casos se queda a mitad de camino entre bufón de Corte y Polichinela, al estilo Giménez Caballero, que lo mismo le da ser atláter de José Antonio que de Franco. A usted le sucede algo parecido, le resulta lo mismo cortejar a una princesa que a otra, de todas cree sentirse enamorado, cuando usted hace muchísimo tiempo que no experimenta ese estado y sin embargo insiste en cortejar a pseudoprincesas que ni se merecen su amor, ni saben en muchos casos lo que ese sentimiento significa. Le reconozco que entre sainete y sainete, de vez en cuando, surge alguna farsa y entonces es cuando emerge Polichinela. Pero, sin embargo, el papel a usted le viene grande, por eso al final acaba usted colocando bambalinas o como mucho sujetando la tramoya, pero nunca, nunca levanta el telón.

En cualquier caso un abrazo.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

En primer lugar comentarle que por una vez y que sin que sirva de precedente, mi entrada es mejor que su comentario, pese a lo cual cual no deja de ser brillante y bien esrito, como no podía ser menos. En todo caso ciertas cosas las tendré por oídas pero no escuchadas, y además comentarle que efectivamente ha habido alguna pseudoprincesa, pero no es la que usted se piensa, lo que si que abundan son garbancitos. Le agradezco que haya bajado un poco el nivel de sus comentarios, aunque incluso este último sigue siendo mejor que la mayoría de mis entradas, se que lo hace para epatar como buen intelectual. Un beso Viejo Lobo.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Por cierto me ha encantado lo que "no doy la talla" y sobre todo que "nunca levanto el telón".

El Viejo Lobo dijo...

El exceso de alagos debilita y usted es entre otras cosas un adulador. Celebro que por una vez, me valore en su justa medida. Lo celebro.

Un abrazo.