ESA FACHADA IMPRESIONANTE.

   Dicen que en los últimos años de vida del maestro Josep Pla, le solía visitar el entonces recién nombrado presidente de la Generalitat catalana Jordi Pujol. El viejo maestro como persona de buena crianza y mesuradas maneras aguantaba las tonterías de este siniestro personaje. El caso es que en una de estas visitas Pujol, le dijo a Pla que quería que Cataluña fuera la socialdemocracia sueca del Mediterráneo, ante semejante chorrada don Josep le contestó mirándole con sus ojillos irónicos mientras se hacía, como era su costumbre, un cigarrillo de papel, “no sabía que en Cataluña había suecos”. Por supuesto Jordi Pujol, poco o más bien nada, acostumbrado a ese ingenio, se quedo mudo. Eso es lo que suelo pasar cuando acémilas con nulos conocimientos se juntan con  personas que son  todo lo contrario. Algo parecido es lo que me paso el otro día a mí cuando estaba comiendo con mis amigos  Bernardo y El Viejo Lobo.

    Bernardo nos estaba contando que después de bastante tiempo de no ver a su amada por fin habían conseguido concertar una cita. El caso es que mi amigo nos dijo que este encuentro fue un tanto accidentado, pues no podían ir a casa de la interfecta ni tampoco a la suya. Esto último me extraño pues que yo supiera mi amigo no estaba realizando obras en su piso, ni tampoco había ningún otro problema de habitabilidad, por eso con esa ingenuidad más que cándida, tan característica en mi  le pregunté la razón de no ir a su casa, Bernardo fue claro, aunque inescrutable para mis cortas entendederas, “obras en la fachada, ya sabes, la puta intendencia” y tras “estas explicaciones” tanto él como el  Viejo Lobo siguieron comiendo como si tal cosas  Yo que a pesar de estar embelesado ante los gráciles y hermosos movimientos de la dueña del restaurante, atendía a las explicaciones de Bernardo, me quedé de piedra ante su contestación, con franqueza, no entendía que tenía que ver las obras en la fachada de su finca para no pasar una  agradable velada con su dama.

 Me sentía un tanto incómodo, porque mis dos amigos entendían perfectamente este tipo de sinergias tan desconocidas para un auténtico lerdo como yo. Ambos se me quedaron mirando, esbozando una medio sonrisa  y Bernardo con toda la naturalidad y toda la paciente del mundo me lo explico, “ mira chaval, es muy sencillo, yo soy una persona muy ordenada y como sabes después de cada cita, me gusta hacer la correspondiente colada de toallas, sábanas, etc, y por supuesto después lo tiendo todo en mi terraza, pero esta vez el problema era que los albañiles que estaban restaurando la fachada de mi finca, la habían llenado de andamios, mantas, pintura, etc.... como tu comprenderás toda la intendencia se fue a tomar por culo”. Así de simple me lo explico Bernardo. Yo sigo dándole vueltas a todo eso y aún así no termino de comprenderlo, pero me pasa como a Jordi Pujol, alguien como él no podía entender las palabras de alguien muchísimo más inteligente como don Josep Pla. Eso sí la fachada ha quedado impresionante. SALUD, REPÚBLICA Y ¡¡ARRIBA ESPAÑA!!.