martes, 14 de enero de 2014

EN DEFENSA DEL REY.

 
 





Contaba Camilo José Cela la anécdota de un anciano gallego que en su lecho de muerte le dijo a su hijo, "si me muero en Abiñiños de Arriba, dí que me entierren en Abiñiños de Abajo y si me muero en Abiñiños de Abajo, dí que me entierren en Abiñiños de Arriba". El hijo sorprendido le preguntó que por qué y el viejo le contestó "no, por joder".





Mis sensaciones en relación con Cela son contradictorias, por un lado esta la admiración que siento por él, como escritor, pero personalmente no me cae bien, no por el hecho de haber sido censor o haberse ofrecido como chivato durante la postguerra. El maestro Juan Eslava Galán contaba en su libro "Los años del miedo", que eso era una estrategia normal durante esa época, precisamente para no despertar sospechas como desafecto ante las autoridades del momento. Lo criticable de Cela en el ámbito personal es el comportamiento impresentable que tuvo hacia su primer mujer, Rosario, no por divorciarse de ella, sino en relación con su testamento.




La imagen del Rey deteriorado y balbuceante durante la Pascua Militar ha despertado muchas críticas especialmente entre los "republicanos sobrevenidos". Sin embargo precisamente ahora es cuando valoro más que nunca la figura de nuestro monarca como símbolo de este país. Que mejor Rey para toda esa turba que el pasado sábado se manifesto en Bilbao solidarizándose con los presos de la ETA y demostrando que la maldad sí tiene premio.También es el perfecto Rey de todos aquellos que formaron la cadena independentista el 11 de septiembre imagen de una horda fanática e ignorante. La imagen de don Juan Carlos, con problemas de dicción, si cabe aún más evidentes que de costumbre, su fragilidad física, su patética estampa, es el símbolo de un no menos patético país, triste, gris, apagado, sin perspectivas de futuro, geriátrico de los viejos de los países ricos y lupanar de cuarta de los nietos de esos ancianos.

Nuestro Rey, símbolo de esa opera bufa llamada "transición", que sólo sirvió para esconder las vergüenzas de torturadores franquistas y de los criminales de la izquierda chequista, así como de los etarras. En fin las inmundicias del emperador a la vista de un público si cabe más despreciable. Sí, ahora que todos estan contra el Rey, yo lo defiendo como digno representante de todos y no lo digo por "joder".SALUD,REPÚBLICA Y ¡ARRIBA ESPAÑA!.


2 comentarios:

El Viejo Lobo dijo...

Con defensas como la suya, quién necesita republicanos chequistas? Le felicito por su fina ironía inicial y su contundenica final. Digno representante de este pueblo y de este lamenable momento histórico que nos ha tocado vivir, Majestad!

Un abrazo

EL FRANCOTIRADOR dijo...

EL VIEJO LOBO:

Mejor tirar de fina ironía que de otra cosas, mucho más nociva, bastante peor y muy propio de los españoles. Saludos.