Querido S:
Como
Vuecencia sabe, sólo se que no se nada. Me ha jodido David Gistau,
por varias cosas, porque me ha obligado a mandar mi pereza a tomar
viento y me ha obligado a escribir. Pero esto no es un obituario,
estoy seguro que
le parecería un coñazo y más si lo escribo yo,
él preferiría
reírse y en mi caso también, además de
hablar no de mis heterónimos, sino de la panda de rojazos que rodea,
a un facha como yo.
Pero
antes empezaré, como
siempre, por un sucedido
cuento o anécdota.
Como
bien sabéis David Gistau, es madridista, pero sin embargo su padre
era del Atlético de Madrid. Y contaba Petón anoche, que cuando
David era niño, su padre lo llevo al estadio
Calderón y le dijo:
-Mira
hijo el Atlético es la verdad pero
el Madrid es la felicidad, y yo quiero que tú seas feliz.
Bueno
os tenía que
contar ciertos acontecimientos, vivencias, o circunstancias que me
han ocurriendo.
Como dice mi admirado Federico “hemos vencido”. En mis últimas
entradas mi “enorme talento” ha abrumado al Viejo Lobo, “mi
verbo fluido”, “mi destreza en la construcciones de frases y
expresiones”, especialmente esa de “la sombra alargada del
barquero” han impresionado el Viejo Lobo, pero no sólo a él, si
no también al australiano y al señor Aspirante, esos tres rojazos,
no dan crédito a lo que leen.
Pero
los amigos son amigos por muchas cosas, en primer lugar y en mi caso,
porque me permiten echarles las culpas de mis fallos, y además
porque, en el caso del Viejo Lobo, me manda a “tomar por culo”
cuando hablo de “la angustia por el ciclo vital de la existencia”.
Otra
virtud que tienen mis, afortunadamente, pocos amigos, es que no me
dejan caer en la autocomplacencia. Por eso en vez de empezar a
elogiarme por mi brillantez literaria, el Viejo Lobo, me ha dicho que
soy un cursi relamido, con certificado de autenticidad, que no
profundizo, y
que ya no digo
cosas interesantes. En fin simplemente extraordinario, me parece una
manera estupenda de estimular mi talento, mis ganas de escribir, y el
sobrellevar “la angustia por el ciclo vital de la existencia”,
ja, ja, ja.
Así
que tengo que
leer más, ver más cine, escribir . Por
todo ello estaba
leyendo un libro titulado “El
ausente” que habla de la figura de Jose Antonio Primo de Rivera.
Por
cierto aprovecho para contaros cierta anécdota relacionada con él.
Cuando fue detenido en vísperas de las “operaciones militares del
ejército de África, tendentes al restablecimiento del orden
constitucional republicano” a mediados de 1936. Le
interrogaron en
los calabozos de la Dirección General de Seguridad, fueron muchas
las preguntas, casi siempre con la presencia del Director General,
que le “insistía ”, para que le dijera quien había roto los
precintos de cierre de la sede nacional de Falange, el caso es que
Jose Antonio, cansado ya, y por supuesto sin
amilanarse, le
contestó
finalmente que los precintos en cuestión los habían roto “con los
cuernos del señor Director General”.
En
la lectura de este libro encontré la expresión “prolepsis” que
me llamó
la atención y que venía a significar algo así como “tener
preparados anticipadamente, los argumentos en un debate o discusión”.
Otra expresión que encontré y que me gustó fue “ataraxia” que
supone un “estado caracterizado por la ausencia de deseos y
temores”.
Así
pues, como buen cursi, armado con mis nuevas palabras, ni corto ni
perezoso llamé primero al Viejo Lobo y le hablé de la “prolepsis”
y después me puse en contacto con
el australiano y le hablé
de la “ataraxia”.
Pero
por supuesto me tuve que atener a la consecuencias.
Como
bien sabéis desde hace muchos años, los viernes por la noche ceno,
con el Viejo Lobo, el australiano y el Señor Aspirante. Una
auténtica
reunión donde me precio de estar callado y escuchar a mis amigos, en
la que hablan con enorme admiración de sus Damas, de sus proles, de
sus
imparables
ascensos
en la Administración Pública y de un montón de cosas más, todo
ello bebiéndose hasta el agua de los floreros y comiendo lo que no
esta en los escritos
Pero
sin embargo en esta última cena, el Viejo Lobo, de repente, empezó
a contar que el resultado de la lotería de Navidad se iba a
impugnar, por no se que razón, de una bola que se había caído.
Pero esto no fue más que una excusa para improvisar un discurso
lleno de expresiones relacionadas con el sorteo, jerga
totalmente desconocida para mí,
no dando
crédito a lo que oía. Además el Viejo Lobo, se sumergía más y
más en la narración, ya no hablaba si no que declamaba, así que
habida
cuenta que el cubatéo pertenece a mi juventud, arramble el tinto que
tenía más a mano.
Sire,
tengo la sospecha de que el Viejo Lobo tenía preparado este guion
desde hace tiempo, y no necesitaba más que una excusa para soltarlo,
es decir había hecho una prolepsis.
Pero
ahí no quedo todo, porque mi amigo al australiano me dijo que
durante un romántico fin de semana con su amada, había contactado
en cierta población del interior patrio con un empresario, dedicado
a ciertos sórdidos negocios que no vienen al caso y
que había
cambiado el sentido de su voto de Podemos a Vox, por razones
económicas. Pero todo esto me lo contaba con total normalidad,
alejado de deseos y temores, es decir que estaba en un estado de
ataraxia.
Por
si fuera poco, Sire, tenéis que saber que cada vez que el
australiano desaparece un fin de semana con su amada, lo cual me
parece extraordinario y es lo que tendría que hacer cualquier
español de bien. Pues, como os decía, cuando mi amigo decide pasar
un fin de semana hedonista en tan
buena compañia,
me corresponde a mi como modesto pseudoedecan
de “vía estrecha”, sustituirlo en los “eventos culturales”
en los que normalmente participa.
Así
que me vi en la obligación de que
un FACHA ESPAÑOL, como yo diera una conferencia sobre lo bueno que
es el lenguaje inclusivo.
Pero
os tengo que contar una cosa, aproveche mi oportunidad, y dije lo que
opinaba sobre semejante bazofia, que esta sumergiendo a nuestra amada
Patria en la peor de las decadencias.
Teniáis
que haber visto el auditorio, un montón de yayos y
yayaflautas, fracasados, frustrados,
ignorantes,
auténtica escoria sin alfabetizar ni en vías de ello, con
más trienios oxidados que el viejo ferrocarril de la vía
Barcelona-Mataró.
Pero que aplaudieron a rabiar, porque mi verbo fluido los envolvió,
los engatusó,
revolvió sus inexistentes conciencias y les hizo ver la luz.
Incluso,
yo, durante breves instante sentí el peso de la gloria, y también
de mi final, esa sensación a mitad de camino entre la brisa
vivificadora, y el escalofrío húmedo
de la parca. Me
hizo olvidar, lo malo, y pensar sólo en lo bueno, en lo mejor, en lo
que nos mantiene vivos, en lo que nos hace fuertes y a la vez
frágiles, valientes y cobardes. La inmortalidad de la brillantez,
para poder abandonar esta hermosa posada en la que hemos estado una
buena noche y subir al verdadero Eden,
donde las lágrimas de alegré tristeza se pueden derramar en paz, en
los brazos protectores de la Amada
para siempre.
Y
pensar que todo aquello que soñamos para España después de la
muerte del Caudillo haya terminado en esta bazofia de progres
fracasados, valga la redundancia, funcionarios inútiles y
envidiosos que culpan a los demás de ser básicamente menos que
despojos humanos, pueblo
de incultos fanáticos, resentidos y cobardes. Esa realidad que no me
interesa, simplemente, porque no tiene categoría para producirme
ninguna otra sensación.
En
fin Sire, no quiero perderme, como veréis mis amigos, son las
personas más brillantes que ahí, rojazos de pro, pero amantes del
capitalismo, novilleros del primer escalafón, del verdadero y que
por ello no quieren tomar la alternativa.
Ellos
y sobre todo “ELLA”,
son a la vez la verdad y la felicidad.
Besos
desde la guarida.
Saludos
E.
*Dedicado a David Gistau, el hermano pequeño que nunca tuve, pero que también habría sabido muchas más cosas que yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario