miércoles, 12 de febrero de 2020

*PROLEPSIS Y ATARAXIA.

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      Querido S:

      Como Vuecencia sabe, sólo se que no se nada. Me ha jodido David Gistau, por varias cosas, porque me ha obligado a mandar mi pereza a tomar viento y me ha obligado a escribir. Pero esto no es un obituario, estoy seguro que le parecería un coñazo y más si lo escribo yo, él preferiría reírse y en mi caso también, además de hablar no de mis heterónimos, sino de la panda de rojazos que rodea, a un facha como yo.

      Pero antes empezaré, como siempre, por un sucedido cuento o anécdota.

      Como bien sabéis David Gistau, es madridista, pero sin embargo su padre era del Atlético de Madrid. Y contaba Petón anoche, que cuando David era niño, su padre lo llevo al estadio Calderón y le dijo:

      -Mira hijo el Atlético es la verdad pero el Madrid es la felicidad, y yo quiero que tú seas feliz.

       Bueno os tenía que contar ciertos acontecimientos, vivencias, o circunstancias que me han ocurriendo. Como dice mi admirado Federico “hemos vencido”. En mis últimas entradas mi “enorme talento” ha abrumado al Viejo Lobo, “mi verbo fluido”, “mi destreza en la construcciones de frases y expresiones”, especialmente esa de “la sombra alargada del barquero” han impresionado el Viejo Lobo, pero no sólo a él, si no también al australiano y al señor Aspirante, esos tres rojazos, no dan crédito a lo que leen.

      Pero los amigos son amigos por muchas cosas, en primer lugar y en mi caso, porque me permiten echarles las culpas de mis fallos, y además porque, en el caso del Viejo Lobo, me manda a “tomar por culo” cuando hablo de “la angustia por el ciclo vital de la existencia”.

      Otra virtud que tienen mis, afortunadamente, pocos amigos, es que no me dejan caer en la autocomplacencia. Por eso en vez de empezar a elogiarme por mi brillantez literaria, el Viejo Lobo, me ha dicho que soy un cursi relamido, con certificado de autenticidad, que no profundizo, y que ya no digo cosas interesantes. En fin simplemente extraordinario, me parece una manera estupenda de estimular mi talento, mis ganas de escribir, y el sobrellevar “la angustia por el ciclo vital de la existencia”, ja, ja, ja.

      Así que tengo que leer más, ver más cine, escribir . Por todo ello estaba leyendo un libro titulado “El ausente” que habla de la figura de Jose Antonio Primo de Rivera.

      Por cierto aprovecho para contaros cierta anécdota relacionada con él. Cuando fue detenido en vísperas de las “operaciones militares del ejército de África, tendentes al restablecimiento del orden constitucional republicano” a mediados de 1936. Le interrogaron en los calabozos de la Dirección General de Seguridad, fueron muchas las preguntas, casi siempre con la presencia del Director General, que le “insistía ”, para que le dijera quien había roto los precintos de cierre de la sede nacional de Falange, el caso es que Jose Antonio, cansado ya, y por supuesto sin amilanarse, le contestó finalmente que los precintos en cuestión los habían roto “con los cuernos del señor Director General”.

      En la lectura de este libro encontré la expresión “prolepsis” que me llamó la atención y que venía a significar algo así como “tener preparados anticipadamente, los argumentos en un debate o discusión”. Otra expresión que encontré y que me gustó fue “ataraxia” que supone un “estado caracterizado por la ausencia de deseos y temores”.

      Así pues, como buen cursi, armado con mis nuevas palabras, ni corto ni perezoso llamé primero al Viejo Lobo y le hablé de la “prolepsis” y después me puse en contacto con el australiano y le hablé de la “ataraxia”.

      Pero por supuesto me tuve que atener a la consecuencias.

      Como bien sabéis desde hace muchos años, los viernes por la noche ceno, con el Viejo Lobo, el australiano y el Señor Aspirante. Una auténtica reunión donde me precio de estar callado y escuchar a mis amigos, en la que hablan con enorme admiración de sus Damas, de sus proles, de sus imparables ascensos en la Administración Pública y de un montón de cosas más, todo ello bebiéndose hasta el agua de los floreros y comiendo lo que no esta en los escritos

      Pero sin embargo en esta última cena, el Viejo Lobo, de repente, empezó a contar que el resultado de la lotería de Navidad se iba a impugnar, por no se que razón, de una bola que se había caído. Pero esto no fue más que una excusa para improvisar un discurso lleno de expresiones relacionadas con el sorteo, jerga totalmente desconocida para mí, no dando crédito a lo que oía. Además el Viejo Lobo, se sumergía más y más en la narración, ya no hablaba si no que declamaba, así que habida cuenta que el cubatéo pertenece a mi juventud, arramble el tinto que tenía más a mano.

      Sire, tengo la sospecha de que el Viejo Lobo tenía preparado este guion desde hace tiempo, y no necesitaba más que una excusa para soltarlo, es decir había hecho una prolepsis.

      Pero ahí no quedo todo, porque mi amigo al australiano me dijo que durante un romántico fin de semana con su amada, había contactado en cierta población del interior patrio con un empresario, dedicado a ciertos sórdidos negocios que no vienen al caso y que había cambiado el sentido de su voto de Podemos a Vox, por razones económicas. Pero todo esto me lo contaba con total normalidad, alejado de deseos y temores, es decir que estaba en un estado de ataraxia.

      Por si fuera poco, Sire, tenéis que saber que cada vez que el australiano desaparece un fin de semana con su amada, lo cual me parece extraordinario y es lo que tendría que hacer cualquier español de bien. Pues, como os decía, cuando mi amigo decide pasar un fin de semana hedonista en tan buena compañia, me corresponde a mi como modesto pseudoedecan de “vía estrecha”, sustituirlo en los “eventos culturales” en los que normalmente participa.

      Así que me vi en la obligación de que un FACHA ESPAÑOL, como yo diera una conferencia sobre lo bueno que es el lenguaje inclusivo.

      Pero os tengo que contar una cosa, aproveche mi oportunidad, y dije lo que opinaba sobre semejante bazofia, que esta sumergiendo a nuestra amada Patria en la peor de las decadencias.

     Teniáis que haber visto el auditorio, un montón de yayos y yayaflautas, fracasados, frustrados, ignorantes, auténtica escoria sin alfabetizar ni en vías de ello, con más trienios oxidados que el viejo ferrocarril de la vía Barcelona-Mataró. Pero que aplaudieron a rabiar, porque mi verbo fluido los envolvió, los engatusó, revolvió sus inexistentes conciencias y les hizo ver la luz.

      Incluso, yo, durante breves instante sentí el peso de la gloria, y también de mi final, esa sensación a mitad de camino entre la brisa vivificadora, y el escalofrío húmedo de la parca. Me hizo olvidar, lo malo, y pensar sólo en lo bueno, en lo mejor, en lo que nos mantiene vivos, en lo que nos hace fuertes y a la vez frágiles, valientes y cobardes. La inmortalidad de la brillantez, para poder abandonar esta hermosa posada en la que hemos estado una buena noche y subir al verdadero Eden, donde las lágrimas de alegré tristeza se pueden derramar en paz, en los brazos protectores de la Amada para siempre.

      Y pensar que todo aquello que soñamos para España después de la muerte del Caudillo haya terminado en esta bazofia de progres fracasados, valga la redundancia, funcionarios inútiles y envidiosos que culpan a los demás de ser básicamente menos que despojos humanos, pueblo de incultos fanáticos, resentidos y cobardes. Esa realidad que no me interesa, simplemente, porque no tiene categoría para producirme ninguna otra sensación.

      En fin Sire, no quiero perderme, como veréis mis amigos, son las personas más brillantes que ahí, rojazos de pro, pero amantes del capitalismo, novilleros del primer escalafón, del verdadero y que por ello no quieren tomar la alternativa.

      Ellos y sobre todo “ELLA”, son a la vez la verdad y la felicidad.

      Besos desde la guarida.

      Saludos E.

      
     *Dedicado a David Gistau, el hermano pequeño que nunca tuve, pero que también habría sabido muchas más cosas que yo.

    

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