lunes, 2 de mayo de 2016

EL METALENGUAJE.

Querido S:

Vuecencia, como persona instruida, ya sabe lo que decía George Bernard Shaw “un imbécil con cultura es un perfecto imbécil”, es decir que si se es un imbécil sin cultura no se un un imbécil en su totalidad, no es perfecto. Llegado a este punto os tengo que manifestar que como buen géminis, es decir con doble personalidad, siento a la vez alegría y tristeza. Alegría porque aún no soy totalmente un imbécil, pero por otro lado también me siento triste y desasosegado, porque ni siquiera en mi imbecilidad he alcanzado la perfección.

A pesar de todo ello, como persona de natural optimista, me anima el encontrarme diariamente con imbéciles, que a pesar de ser unos iletrados, y ademas presumir de ellos, con franqueza no creo que tengan que envidiar nada a un imbécil perfecto.

Por ello os quería contar ciertas cuitas producidas por ese tipo de imbécil, como estoy seguro que sabéis nuestro susodicho Tulio, se maneja un metalenguaje, con el que intenta dar un poco de empaque a sus desventuras amorosas con las damas. En fin sórdidas y patéticas historias de alcoba inacabadas o simplemente sin empezar y con visos de no hacerlo nunca.

El caso es el personajillo en cuestión, acaba de inventar unos nuevos “palabros” o términos para referirse a sus “damas”, una es la “Princesa buena” y la otra la “Princesa mala”, observad el metalenguaje que se gasta este descerebrado, pero lo más curioso es que tiene éxito en estos sórdidos cenáculos que frecuenta. Este cincuentón, en franca retirada en bastantes cosas de la vida, pobre diablo, anacoreta fracasado de la existencia, bardo sin talento, payasillo de feria, es feliz en ese su pequeño mundo, donde simplemente trata de seguir bailando movimiendo de forma torpe sus pies, porque sabe que si deja de hacerlo estará muerto.

En fin el Señor Aspirante tiene razón, este sujeto es tan inmaduro que no es capaz de entablar una relación sería y normal con ninguna señorita,que siguiera su cauce natural, y desde luego no sirve de excusa su terror al compromiso.

Seguimos sobreviviendo.
Seguid con salud. Saludos. E.


2 comentarios:

El Viejo Lobo dijo...

Su relato, se parece a la Bruja, Blancanieves, sin Príncipe, pero eso sí con los siete enanitos. Y encima, dice usted que el susodicho es feliz. Me parece a mí, que este pobre hombre es carne de diván. Una especie de Elogio de la Locura de Erasmo, pero pasado por la termomix, no del miedo al compromiso, sino del auténtico desahogo.Como dice un pariente: la ignorancia es muy atrevida!

Un abrazo, de momento es lo que puedo ofrecerle.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Que le voy a contar que usted no sepa, de alguna manera también hay cierto desahogo en el personajillo de marras, ya sabe, este sujeto es el perfecto ejemplo del español contemporaneo, la culpa es de todo el mundo salvo de él. Pero en todo caso como dijo el poeta, que nadie ni nada nos salve del amor, en todo caso que nos condene a sufrirlo por la eternidad. Un beso Viejo Lobo y ¡ARRIBA ESPAÑA!.