viernes, 18 de abril de 2014

EN LA MESA DE AL LADO.IMPRESIONES.




Contaba Francisco Umbral en su “Diccionario de Literatura” que en cierta ocasión visitó a Adolfo Marsillach en su camerino  y que durante el largo rato que estuvo, permaneció de pie sin que aquel le ofreciese ningún asiento. Marsillach le dijo a Umbral  textualmente “Paco es que tú impresionas”.

   Algunos y algunas  adoptan actitudes o maneras que no se corresponden con las que normalmente usan, cuando se encuentran delante de ciertas personas.

  Estaba comiendo con mi amigo el Viejo Lobo, y hacía tiempo que sabía, que Salutio y Silas, no eran personajes de  mi desquiciada imaginación, sino que eran reales, y  comían en la mesa de al lado, a la distancia suficiente como para oír claramente su conversación. Durante los días anteriores en que habíamos coincidido con ellos, me había dado cuenta de que estas dos personas, se caracterizaban por una enorme incontinencia verbal. Ese día pude escuchar a Salutio reconocer como defecto a corregir,  que cuando tenía un tema entre ceja y ceja siempre lo introducía en cualquier conversación. Así por ejemplo, durante un tiempo le dio por el Plan de Estabilización de 1959, y aprovechaba cualquier pretexto para hablar de él . Otra vez su tema recurrente era una conferencia del maestro Arcadi Espada titulada “Democracia VS Teocracia”  .  En concreto ese día hablaba de la dicotomía interrelacionada de lo físico  con lo espiritual, y que según él era la clave de las relaciones humanas,  especialmente de sus avatares con las señoras. Silas, que también hablaba por los codos, no podía meter baza. En algunos momentos pude ver con estupefacción como Salutio incluso llegaba a levantarse de la silla realizando aspavientos. Sin embargo justo en ese momento ocurrió algo o más bien llegó alguien que lo cambio todo.

 Apareció una hermosa mujer, tez morena, sonrisa blanca, andares garbosos, culito tomatero, que diría el Clásico, bien vestida, “una  mujer como las de antes”, cuando España era una Unidad de destino en lo Universal, expresión ciertamente más cercana al eslogan de una manifa “antiglobalización” y progre que otra cosa. Aunque al fin y al cabo, el franquismo en  determinados aspectos, no era más que una recreación decimonónica del Universo progre (bueno el progrerio ya es en si decimonónico), no hay más que ver como en política internacional tienen en común su simpatía por los países árabes y su odio a Israel.

La citada dama tomó asiento en la mesa en la que estaban ambos personajes y de repente como si se hubiera encendido o apagado un interruptor invisible,  se hubiera desencadenado un extraño sortilegio, o sinergía, Salutio se calló, no es  sólo  que dejó de hablar es que casi permaneció en silencio durante el largo rato que estuvieron los tres juntos. Silas con su elegante acento mesetario, y la mujer en cuestión, con su dulce tono de voz, no pararon de hablar durante ese tiempo.


No entendía ese cambio de actitud de Salutio, desde luego no era él, por lo que fuese la sola presencia de esa dama le hacia comportarse de forma diferente, y dejaba de ser esa persona locuaz, en algunos momentos  apabullante en su dialéctica. Puede que fuese el amor, el pudor, el temor u otra cosa que escape a mis cortas entendederas, pero desde luego estaba relacionado con la presencia de esa mujer.

Pero al fin y al cabo, si le había ocurrido a Marsillach ante la presencia de Umbral, a Salutio, por otras razones, también le pasaba eso, pero desde luego, él no podía decirle a su dama, “es que tú me impresionas”....  porque ella ya lo sabía.
 
 

2 comentarios:

El Viejo Lobo dijo...

A usted su dama le deja mudo, otros no pueden parar de hablar, pero la razón es la misma. Ellas son imponentes.

Un abrazo.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

EL VIEJO LOBO:

Por eso precisamente son nuestras damas, aunque en algunos casos sean inalcanzables.