jueves, 2 de julio de 2020

LA ANGUSTIA DEL CICLO VITAL DE LA EXISTENCIA.

 
 15 frases célebres de Arthur Schopenhauer


 
Querido S:

    Contaba el Maestro Fernando Savater, que a su maestro Schopenhauer le gustaba mucho esa parte del Padrenuestro que decía "no nos dejes caer en la tentación", según él, lo que estaba diciendo es que no me dejes ver como soy, porque entonces me conoceré.

    En fin Sire, como ya sabéis el Maestro Viejo Lobo se encuentra de gira promocional de su "último éxito literario", y lo más sorprendente es que se ha llevado como edecán a Osmín, al que además hemos tenido que hacerle también un traje de diplomático para así poder realizar de forma correcta sus funciones. A día de hoy no tengo constancia de que en ninguna localidad en la que han realizado el acto de presentación del libro haya habido altercados de orden público. En cualquier caso os tengo que decir que los Gobernadores Civiles, no me gusta decir delegados del gobierno porque es una mariconada, me tienen informado de los acontecimientos.

    El caso es que me encontraba el otro día tomando una infusión en unos de los locales de moda de la ciudad, y donde el Viejo Lobo ya dejó su impronta con una "extraña mezcla" de Whisky de Malta y de cerveza de alta gradación, con unas consecuencias que pudieron haber sido peores. Como os decía estaba allí de tertulia con mi amigo el australiano.

    Conocéis mi temor por la angustia del Ciclo Vital de la Existencia, ese terror milenarista que siento por la finitud de la vida, por el sentido de la vida, por la contrariedad que experimento ante el tiempo perdido, o por el conocimiento de las cosas en unos momentos un tanto tardíos. Al final resulta que era esto, la serenidad del final, y del fracaso, la angustia porque pienso que esto es demasiado corto y porque hay tantas cosas con las que disfrutar. También el enfado distante, ante la chusma que se preocupa por cosas que no son en absoluto importantes, una chusma manejable por el sistema que permite que puedan ser controlados, en fin un virus, este sí, que a pesar de afectar a la gran mayoría de la gente no ha creado la inmunidad de rebaño, aunque desde luego "rebaño" sí que son.

    Nos encontramos Sire, en el verano, época del año especialmente melancólica para mi, pues me trae recuerdos de una vida mejor, y también diferente. Sí, melancolía, por no haber sabido valorar toda esa felicidad cuando estaba delante de mí, en fin esa larga lista de oximorones, que creo es la mejor manera de definir mi estado de ánimo.

    El gran Dalí decía que la clave de todo es el ácido desoxirribonucleico, que es la molécula que contiene la información genética de todos los seres humanos, incluso de algunos virus. Bueno en este último caso, el de los virus, utilizando una expresión más prosáica, propia no de los escolásticos sino de los spinozistas de derechas, diríamos que esa molécula nos daría la información precisa y exacta para identificar científicamente al "perfecto hijo de puta". Vamos que igual que el Maestro Dalí afirmaba que el era monárquico metafísicamente hablando por el principio del ácido desoxirribonucleico, cabe también la posibilidad, aunque no lo podría decir en términos empíricos, que uno o una pudiese ser un hijo de puta o una hija de puta, también por el principio del ácido desoxirribonucleico. En otras palabras, Metafísica pura.

    De todas formas a mi modesto entender, especímenes de este tipo no abundan, lo que sí que es mucho más frecuente, es una subespecie de estos, pero resultado de una involución, o más bien una degeneración.

    Decía en cierta ocasión un ilustre académico de la lengua que era más peligroso un gilipollas que un malvado. Ya que con el segundo se puede negociar, pero con el primero es imposible.

    Yo afortunadamente no me he topado nunca con el primero, pero os puedo asegurar, que despacho a diario con los que pertenecen al primer grupo.

    Estos primeros, los gilipollas, hacen las delicias de mi entrañable Osmín, al que dejo que disfrute, siempre con limitaciones, por supuesto. Y es que Osmín, les toma el pelo como quiere, algo un poco sorprendente, pero nada raro, cuando se conocen las "inexistentes lecturas" de esta tropa. Creo que lo más complejo que han leído es una parte, no todo por supuesto, de la información meteorológica.
Pero afortunadamente mis amigos, sus heterónimos, y la madre que los pario a todos, siempre me ayuda, aunque muchas veces sea en la distancia, a llevar todo esto de la mejor manera posible, y que no es otra que no dándole trascendencia.

    Mi querido amigo el australiano, es un hedonista en estado puro, para que os hagáis una idea presume de un fracaso inexistente, y además de ser "facha y cayetano", pero él al contrario que yo, sí que le hacen caso y le tienen en consideración.

    Me comentaba el australiano, que a grandes rasgos, estas consideraciones no son más que chorradas, y es muy acertado, porque si ambos caemos en estos pensamientos estamos jodidos.

    Pero como os decía, el australiano es un amante del placer tanto espiritual como físico, aunque como él dice no se puede dar uno sin el otro, es decir no se puede estar con una mujer sin amarla.

    Me hablaba de "ELLA", y decía que había sido la primera mujer a la que amaba de verdad, le gustaba como se reía, porque su sólo sonido iluminaba todo. Era, esa sí, una sonrisa blanca, llena de felicidad y generosidad para todos. Él sólo podía amarla de esa manera, de verdad, es decir con todo y hasta es posible que contra todos, aunque os tengo que decir Sire, que eso no me lo dijo.

    "ELLA" había conseguido que él tuviera miedo a la vida, pero no porque no le gustase, sino porque junto a "ELLA" quería vivirla de verdad, en toda su extensión. Porque "ELLA" le daba una extraña serenidad para el camino. Podía imaginar como hubiera sido su vida junto a "ELLA", y tanto que lo podía imaginar porque es lo que había hecho durante toda su existencia. Esa extraña impresión de haberla conocido desde siempre, "ELLA" era el vocare, la inspiración, el llanto, las carcajadas, la felicidad, la recompensa en el principio de todo. Su armazón ante la realidad.

    Porque "ELLA" era a la vez sueño y realidad, todo junto, un alma en dos cuerpos, que siempre se habían buscado, de forma conscientemente inconsciente, instintiva.

    El australiano tiene miedo, terror a la nada, que es el final del camino, pero cabe preguntarse de donde le venía esa "extraña serenidad" que sentía desde hacia tiempo. Sí, el Amor existe, no porque lo dijera el Maestro Savater, el Amor existe, porque existe ella, simplemente por eso. La partitura más maravillosa que se podía imaginar, para tocarla, emocionarse, olvidarse de todo y de todos.

    Sí, el viejo maestro Sochopenhauer, tenía razón, ¡¡Sí, Dios dejame caer en la tentación!!, porque quiero conocerme, y así seré feliz junto a "ELLA".

    "ELLA" me hace mejor, se que lo nuestro esta prohibido, pero dejame que en el "primer mundo", estemos los dos juntos.

    Saludos E.

    Besos desde la guarida.

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