Querido S:
Imagino que Vuecencia como
persona cultivada, al contrario que yo, conocerá la anécdota que
protagonizaron Terenci Moix y Josep Pla. El caso es que llevaron al
entonces joven escritor a la casa de don Josep, y cuando se lo
presentaron el Viejo Maestro le dijo “me han dicho que es usted
maricón” y Terenci le contesto “sí para servirle”, porque el
entonces, joven escritor estaba emocionado por haber despertado la
admiración del Viejo Maestro.
Las últimas entradas de
este terapéutico, blog han desbordado el inmenso talento acumulado
por parte del Viejo Lobo, he tenido el honor de ser calificado como
“pobre hombre”, por el Maestro, algo que para mi es
extraordinario,algo que me emociona, porque mis innumerables fracaso
en el Amor, han servido para que el Viejo Lobo, escriba mejor que
nunca.
Imagino, Sire, que habréis
reparado en que he escrito la palabra “Amor”, con mayúsculas,
algo que ya anuncie en mi anterior post. Esta circunstancia ha
despertado la justa indignación del Viejo Lobo, y lo que es más en
unos de nuestros últimos almuerzos, antes de beber ninguna copa de
Viña Pomal, me dijo, que no tenía lo que que hay que tener para
defender que yo creo en el Amor y que por eso lo escribo con
mayúsculas.
Así que Sire, no me ha
quedado otra opción que escribir esta entrada en la que trato de dar
lo mejor de mi mismo, un humilde mochilero de las letras haciendo
frente al desafío del Viejo Lobo. He tenido que consultar con mis
edecanes heterómicos, a saber, el susodicho, Polichinela y Osmin. Y
aunque son diferentes caras de un mismo Universo, me han aconsejado
un tanto atropelladamente, con su léxico infantil, atropellado e
inmaduro, como son sus infantiles mentes, que adelante.
El Susodicho me decía,
que es mejor amar y haber perdido que no haber amado, todo ello
poniendo a todo volumen canciones del gran Luis Miguel.
Osmín, me comentaba, que
era una buena idea esa entrada, además iba a utilizar ese
argumento,en su enésima cita con alguna dama de esas que salen
huyendo tras aguantar en el mejor de los casos diez minutos, con
semejante personaje, entrañable, pero personaje que tendría que ser
de ficción, pero que por desgracia es absolutamente real.
Polichinela, el más
vitalista y dinámico de los tres, me dijo que por supuesto, que hay
que defender lo que sea en relación con el Amor, con tal de que
tengamos derecho a decir una sola palabra de nuestro libreto, ante la
dama en cuestión, y lo que es más aunque no nos dejasen declamar
una sola cita de nuestro diálogo, siempre hay que estar en el
escenario, retirando los decorados del anterior acto para pasar al
siguiente, la cuestión es estar.
Como veréis, mis
heterónimos me han puesto fácil, la decisión, siempre tan
contradictorios en su coherencia, porque el Amor, es contradicción,
entre lo instintivo y lo real.
Por otro lado también las
opiniones al respecto que me han dado el señor Romaguera, y el señor
Aspirante, me han terminado de convencer. El primero, Romaguera, el
más prosaico, dice que no hago nada por el Amor que sólo hablo
“boquilla”, pero nunca en la práctica. Por otro lado el señor
Aspirante, directamente dice que soy doblemente insensato, porque
hablo con doble ligereza del Amor, porque no lo conozco, y lo que es
peor no quiero conocerlo.
También estas dos
opiniones contrarias a mí me han animado a hablar del Amor con
mayúsculas.
Sire, soy un profundo
escolástico, que piensa que todo en este mundo y lo que es más el
mundo se divide entre lo espiritual y lo material, pero siempre
predominando lo espiritual, que es el verdadero motor de la
Humanidad. El perfecto compendio y mezcla de todo este es el Amor, es
un sentimiento, pero también es una actitud. El Amor, es el único
concepto que encarna el ideal escolástico, no se engañe Sire, es
así, el romanticismo no son más que ideas de saldo, edulcorantes,
engañabobos frente a lo que es el Amor. Porque tenéis que existir
que solo existe un Amor, somos pocos los que estamos en su secreto,
en su verdadero significado, sólo podemos hablar del Amor, aquellos
que lo conocemos, para lo bueno y para lo malo.
Y el Amor, es tan
maravilloso, que quien lo conoce, verdaderamente, puede hablar del
mismo sin tapujos, da lo mismo, que sea mendigo, que príncipe,
proletario que capitalista, sabio o ignorante, incluso alguien aún
menos que un ignorante, un “pobre infeliz”, como yo, como
acertadamente me definió el Viejo Lobo. Decía el Maestro Boadella
que el teatro es un oficio de “putas, maricones y cabrones”,
pero en el que las putas son Vírgenes, los cabrones héroes y los
maricones hacen de don Juan. Pero sin embargo en el Amor, y estaría
de acuerdo conmigo el gran Boadella, todo es real, nada es falso, lo
que se hace por Amor, es verdadero, los personajes de ese Universo
son lo que dicen ser.
Eso es el Amor, lo mismo y
lo contrario, la tristeza y la alegría a un tiempo, el éxito y el
fracaso con pocos segundos de diferencia, todo es real y verdad, como
decía Lope, eso es el Amor quien lo probó lo sabe.
Y desde esa infinita
generosidad que tenemos los que conocemos el Amor, ofrecemos nuestro
humilde magisterio a quienes lo quieran conocer. Igual que Terenci
Moix le dijo al Maestro Josep Pla que efectivamente era maricón
“para servirlo”, le digo al Viejo Lobo, al Señor Aspirante y al
Señor Romaguera, que aunque tienen una sabiduría inabarcable
incluso en el ámbito del Amor, que este “pobre infeliz”, les
iluminará torpemente en el Universo, infinito, extraordinario,
hedonista, idealista del Amor.
Seguid con salud.
Besos desde la guarida.
Saludos. E.
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