domingo, 9 de julio de 2017

UN DESAHOGADO.

Querido S:

Imagino que Vuecencia conoce la cita del Maestro Cela “al amigo hasta el culo, al enemigo por el culo, y al indiferente la legislación vigente”. Siempre me ha admirado la rapidez mental de estos intelectuales capaces de armar a la mínima una frase brillante, circunstancia que a gilipollas, idiotas y demás ralea, entre la que por supuesto me cuento, nos cuesta un mundo.

El Señor Romaguera, no es un amigo, esta un estadio superior, como el Viejo Lobo o el Señor Aspirante, es un lujo. Como toda esa caterva de intelectuales, pueden decir lo que quieren, como quieren, y además a quien quieren sin que tengan problemas.

Asi por ejemplo el Señor Romaguera puede proponerle a una señorita que le enseñe sus pechos, por una simple apuesta, pero puede realizar dicha proposición a la citada señorita de tal manera que esta se puede sentir honrada, y lo que es más y en el fondo estoy seguro que es por amor. Si el amor ese sentimiento maravilloso, aunque como dice el Maestro Savater no podamos hacer nada por la persona amada, simplemente amarla.

Pues sin embargo el Señor Romaguera , desde un punto de vista intelectual puede ir despertando la admiración entre las damas, y luego encima negarlo, con un enorme cinismo, como si no fuera con él.

Pero sin embargo Sire, lo peor no es esto si no que estos intelectuales tan admirados por mi , tienen un doble rasero....un doble reglamento que se aplica según la persona. Como os había comentado antes “ellos” pueden hacer y decir lo que quieran, pero sin embargo nuestro “amado heterónimo” Osmin, por ejemplo no. Sin ir más lejos hace unos pocos días me encontraba almorzando con los dos susodichos (heterónimo e intelectual), cuando Osmin, que como bien sabeis, persona soltera, y en algunos casos un tanto ligero en sus apreciaciones, le pedía consejo al señor Romaguera, pues le quería declarar su amor a una “hermosa señorita” que diría el gran Joaquin Soler Serrano. Pues bien nuestro “entrañable” Osmín, planteaba la propuesta ante la dama con el libreto propio de un caballero galante del Siglo XIX, es decir con palabras rebuscadas, pero dentro de un mensaje rotundo que no dejase la menor duda de que quería decirle a la dama que sentía una enorme atracción por ella, por lo que pedía consejo al Señor Romaguera y este ante mi sorpresa le dijo al incauto heterónimo, que no podía decirle eso a la señora en cuestión porque la iba a asustar, y a partir de ahí el Señor Romaguera perjeño un discurso-relato, con introducción nudo y desenlace, en el que le decía a Osmin que era un desahogado, porque solamente un desahogado podía hablar de forma tan ligera de un sentimiento tan profundo e importante como el Amor (sí, con mayúsculas, joder), que el susodicho hablaba tanto de eso como de otras cosas trascesdentes de forma superficial y frívola.

La verdad es que Sire, os tengo que reconocer, una cosa, creo que en parte tiene razón el Señor Romaguera, porque aquí también os quería contar otra circunstancia en que nuestro pequeño Osmín, tambien tuvo una actitud desconcerstante. Os cuento, resulta que nuestro heroe como siempre estaba almorzando conmigo y en este caso con el Viejo Lobo, el lugar de nuestro almuerzo es un bar-restaurante del que somos asiduos desde hace años, por lo que se ha generado una enorme, pero por supuesto respetuosa confianza con algunos de los camareros que trabajan allí. El caso es que esa mañana tan solo había otros dos clientes, también habituales, y Tancredo, el eficiente camarero, y cachondo integral, y con esa esponteneidad propia de nuestra amada España, que aparece descrita en algunas obras de teatro como las de los hermanos Álvarez Quintero, dijo “ahora que estamos en confianza....a ver cuando nos vamos de putas”, y de repente de forma automática, rápida, instintiva, nuestro Osmín respondio en voz alta y solemne “¡yo no creo, en el sexo sin amor!” ante semejante exclamación el Viejo Lobo lo mando a esparragar, echándole en cara que dijera esas cosas delante de la gente.

Y aquí es donde voy observad ese doble rasero de los intelectuales que reconocen la rapidez mental del Maestro Cela cuando habla de amigos, enemigos e indiferentes, pero sin embargo reprochan la misma actitud de nuestro heterónimo Osmin. Puedo estar de acuerdo con el Viejo Lobo o con el señor Romaguera que efectivamente nuestros “múltiples heterónimos” como el citado Osmín o Polichinela de saldo, tienen verdaderos problemas a la hora de ubicarse en este Universo mundo, más que nada porque les importa un bledo, y lo que es peor les toca tratar casí todos los días con gilipollas amateurs, que como sabeis Sire, son los peóres, como os decía ambos “personajes” sueltan de vez cuando frases que sorprenden, incluso, sin duda, contagiados por el ambiente laboral, rozan la gilipollez, pero de ahí criticar, aunque sea de forma acertada, sus opiniones en cuanto hablan de determinados sentimientos me parece un tanto excesivo.

En todo caso os aseguro que tanto el señor Romaguera, como el Viejo Lobo, y el señor Aspirante, aplican con nuestros entrañables heterónimos y conmigo mismo, la máxima del Maestro Cela, “al amigo hasta el culo”.

Seguid con salud.

Un beso desde la guarida.

Saludos.E.


4 comentarios:

El Viejo Lobo dijo...

Decía Rafael Sanchez Mazas que todo lo que no es tradición es plagio. Y usted no respeta la tradición, al contrario, se la trae al pario. Es usted un plagiador, pero al menos lo es de la realidad, porque la realidad le interesa mucho, todo lo que no sea realidad no le interesa. Y ese es su pecado. El amor no existe, es una invención nuestra, por eso a usted le interesa tanto algo de lo que se puede hablar sin conocimiento, porque conocerlo a usted le da pavor. Efectivamente tiene usted razón, el título de su entrada es muy apropiado: Un desahogado...pero un desahogado a sabiendas. No tiene usted perdón. Desahogado y cobarde. Por eso va usted a ejercer de runner todas las tardes, le da miedo el amor y sale corriendo, y correr, como todo el mundo sabe, es de cobardes. Estamos en plenos Sanfermines, y válgame el simil, usted corre delante del amor como de los toros. Afortunadamente Cupido es tan sabio que no va detrás de usted, porque sabe que usted siempre le dará calabazas. Lamentable!

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Simplemente extraordinario, hace tiempo y contestando a uno de sus brillantes comentarios, como es el caso, le dije que leyéndole y conociendole, entendía perfectamente que hubiera maricones, pero es que después de haber alcanzado el culmen con este comentario, hasta puedo entender que haya maricones de playa, que es la peor subespecie del mariconismo globalizador. Esta usted equivocadísimo en todo lo que dice, pero esta también escrito que me encantaría que todo fuera verdad, pero me ha impactado tanto que le remito a una próxima entrada. Y por último como no soy ni un maricón de playa ni de tropa le saludo con un fuerte abrazo y le agradezco su amistad, porque si fuera un maricón de cualquier clase le daba un beso en la boca con lengua, que es más pecado, pero ya le digo que no lo soy, el sólo hecho de imaginarlo me repugna. Un varonil beso Viejo Lobo.

El Viejo Lobo dijo...

Usted siga corriendo, que no le cogerán los toros, ni las flechas de Cupido. Pobre infeliz!!!

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Gracias por lo de pobre infeliz.