ESOS GORRITOS MARICONES.

Querido S:

   Como Vuecencia sabe, nos encontramos en época navideña, indudablemente la mejor del año, pero también sin duda alguna la peor cuando, por circunstancias varias, algunos notamos la ausencia fisica (que no espiritual) de nuestros familiares fallecidos, y también la perdida sentimental de alguna Princesa que coloreo esta gris realidad.

  En fin cosas que pasan, de todas maneras Vuecencia como persona instruida y sobretodo leída, conoce la célebre anécdota de Alejandro Rodriguez de Valcarcel, el último presidente de las Cortes de la dictadura. Contaba el maestro Alfonso Ussia, que en los últimos meses de vida del Caudillo, y tras darle el alta médica después de estar ingresado, don Alejandro fue el Pardo, el caso es que el viejo falangista, era el único que aún tenía los “Santos Cojones” de hacer el saludo romano ante el Generalísimo, así pues cuando entró en el despacho de Franco como tenía por costumbre dijo con el brazo en alto “como siempre a las órdenes de Vuestra Excelencia”, pero no se percató que había metido uno de sus pies debajo de la alfombra, cuando adelantó el otro para marcialmente presentar sus respetos al Caudillo, se tropezó cayendo de boca, en ese trayecto atinó a coger la cortina del ventanal que estaba su lado y fueron al suelo don Alejandro, la cortina y la barra de la misma. Por supuesto azorado, como cualquier español de bien, le pidio disculpas a Franco, y este le contestó “mejor vuelva usted mañana, porque hoy no esta usted para nada”.

   Y así estoy yo Sire, no estoy para nada y más viendo como determinadas prendas que portadas por determinadas personas quedan bien en mi caso resultan ridículas.

   Como bien sabe Vuecencia, el Viejo Lobo es un rojo de mierda, además de ser el mejor amigo que cualquier persona pudiese tener, y afortunadamente yo soy esa persona. El Viejo Lobo sabe atemperar mis ánimos tanto en las bajadas como en las subidas, y siempre lo hace de forma natural, haciendome reir en esos momentos en que tengo menos ganas. Pero a lo que íbamos Sire, el caso es que aún hay algo peor en el Viejo Lobo además de ser un rojo, y os lo he dicho muchas veces es un intelectual, ya sabe esa raza de personajes decadentes, trasnochados, y perdonavidas, pero sin embargo en el caso del Viejo Lobo es todo lo contrario, no es decadente, es sublimemente brillante, no es tranochado, es apabullantemente actual, y no es perdonavidas es de una generosidad desprendida hasta la extenuación con quienes tenemos el honor de considerarnos amigo suyo.

   Pero como sabe Vuecencia la cabra siempre tira al monte, y esa excentricidad tan propia de los intelectuales, hace que ultimamente le haya dado por lucir determinados gorritos de dudoso gusto, pero sin embargo, Sire tengo que deciros que a pesar de hacer obscena ostentación de semejantes artilugios, en su caso no quedan ridículos sino que le dan auténtico empaque, realzando esa distinción de gato mediterraneo, en fin ya sabe lo que decía uno de mis maestros escolásticos el gran Santo Tomas “La libertad consiste en poder hacerlo todo pero con expresa exclusión del mal”, pues bien el Viejo Lobo practica esa vieja y verdadera libertad de la que hablaban nuestros viejos Maestros escolásticos, hacer de todo pero sin hacer nunca el mal, y eso es lo que hace mi amigo, el demuestra que “cree en el amor”, pero no porque lo diga de palabra si no por lo que hace de obra, al contrario que algún heterónimo descerebrado, al que nos ha tocado aguantar, que con torpeza intenta conseguir el ideal escolástico de unir lo físico y lo espiritual, siempre con predominio de lo segundo sobre lo primero, y al final lo único que consigue son fracasos pseudosentimentales sucesivos, eso sí cada vez conseguidos con más profesionalidad y brillantez.

   Pero lo que yo os quería decir, antes de que el absorbente y posesivo espíritu del Viejo Lobo ocupase este brillante blog, es que ellos , los intelectuales, se pueden poner rídiculos gorritos da lo mismo que sea de gnomo, que de invertido bereber de jaima, le sienta bien, yo me he probado los susodichos artilugios y no os cuento el resultado de esas probaturas, mi aspecto de respetable señor derechas, como cualquier persona decente, quedaba hecha añicos, no se que era peor si la pinta de tonto del ciruelo con el gorro de gnomo o de bujarrón ridiculo con el turbante moro.

   Afortunadamente nadie sabe de estos experimentos pseudoescolásticos que llevo a cabo en la soledad de casa. Pero es que además el interfecto incluso cuando me manda fotos con gorros aún tiene la desfachatez de decir que su presencia con esas prendas deslucen las fotos, cuando dice esas cosas no se si es una de una modestia infinita o de una desfachatez increible.

   En fin Sire, así seguimos llorando por dentro, por razones que vos sabeis, y más en estas fechas, tal vez bailando para seguir demostrándonos que aún seguimos vivos, rellenando vacios con la nada de la existencia, pero aún así alegres y optimistas, porque aunque nuestra Princesas nos dejaron aún seguimos luchando por ellas y porque nuestra amigo el Viejo Lobo, esta junto a nosotros apoyándonos con su sola presencia, pero sobre todo con su amistad.

Seguimos sobreviviendo.

Seguid con salud. Saludos, E.