jueves, 3 de diciembre de 2015

HOMILIA EN BLACK FRIDAY.

Querido S:

Como Vuecencia sabe el pasado fin de semana asistí a un gozoso acontecimiento familiar. Dicho evento coincidió de soslayo con el llamado “Black Friday”, esa estúpida costumbre norteamericana que la bazofia popular y con derecho a voto ha adoptado, para realizar las compras prenavideñas.

Reparad Sire, en esta chusma, copian a los americanos los viernes y los domingos toca manifa antiyanki, patética gentuza, ignorante, sectaria, intolerante, pero lo peor de todo hipócrita. En contraposición a todo esto, se me presentaba una boda familiar, como bien sabéis, soy un pérfido ateó en busca de alguna deidad, llegado a este punto me da lo mismo divina que humana. Por eso cuando asisto a estos conciliábulos, no me pierdo una misa. Os voy a justificar mi asistencia a ella a pesar de mis no creencias, aún espero encontrar una en la que el cura cumpla con su obligación y más en una boda, que es amenazar a los contrayentes con el fuego del infierno si vulneran las “sagradas normas” del matrimonio cristiano.

Así es Sire, igual que cuando se entra un club, nos comprometemos a cumplir sus normas, cuando uno se casa por la iglesia el oficiante, sacerdote, cura, vamos el que corta el bacalao en la ceremonia tiene que decir que caerán las penas del infierno sobre aquellos que vulneren la Ley de Dios. Pero esto ya no se hace así, ¿como no va a crecer el número de ateos?, por eso se pierde la Fe, siempre tiene que haber una instancia superior que dicte las normas, el comportamiento no sólo externo sino también dentro de las familias y las parejas.

El oficiante en cuestión se marco unos palabros empalagosos, cursis, mezcla de una versión edulcorada de la gran película “Emmanuel”, con la que tanto disfrutamos en una precoz adolescencia, una visión luterana de “Siete novias para siete hermanos” y el bacanal final de cualquier programa de telebasura. En fin Sire, me sentí decepcionado y triste por la falta de talento del diácono, y es que ya no hay curas como los de antes sin barba, vestidos de negro, con alzacuello, incluso alguno con boina, no me quiero emocionar recordando a aquellos sacerdotes de antaño, que podían acojonar al más pintado cuando decía que si pecabas te esperaba lo peor de lo peor. En fin vaya mierda.

Y para rematar la jornada, uno que intenta integrarse, que siempre se implica en cualquier celebración familiar, danzando portentosas melodias que nos puedan conducir a las cercanías de alguna fémina despistada, que en un momento de debilidad pueda sucumbir a nuestros encantos, de nuevo Sire fracase en todo ello . En fin como dirían nuestros Maestros Escolásticos, “otra boda sin follar”. No quiero seguir con este amargo escrito decadentista contando un nuevo fracaso en mi búsqueda del Amor, afortunadamente para Vuecencia, sois dichoso en ese aspecto. De todas maneras debéis de saber que como español de bien y patriota de pro, no cejare en mi empeño de encontrar esa Dama que cure nuestras heridas y seque nuestras lágrimas en estos momentos de zozobra para nuestra Patria.

Seguid con salud.
Un abrazo. E.



2 comentarios:

El Viejo Lobo dijo...

Está usted en lo cierto. Los curas de entonces daban la misa en latín y saludaban con el brazo en alto como agradecimiento al supulturero mayor, cuyo nombre usted ya habrá adivinado.Peto también eran muy hombres y muy folladores, debajo de la sonata guardaban buen nardo y buenas ganas y le arrimaban todo el taller a todo dama que iba a pedir consuelo al confesionario. Eso sí que era tener contenta a la comunidad: una homilía repasando los principios generales del Movimiento y las parroquianas bien folladas por el cura de la esquina. Por eso en aquel entonces no había divorcios, dado que si el marido no cumplía, la dama en cuestión se consolaba con el cura más cercano, que además de resultón, tenía buena conversación, que es lo que más les gustaba, pasarlo bien mientas su confesor le recuerda lo puta que es. Pero todo tenía arreglo, si ella se sentía culpable, después de recibir el cariño, que no tenía en casa con dos o tres oraciones todo arreglado. Tienes usted razón, ya no hay curas como los de antes.

Un abrazo.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

VIEJO LOBO:

Gracias, como siempre, por su brillante comentario, en todo caso si que tengo que manifestarle que durante nuestra Cruzada de Liberación, la parte de España que había quedado en zona roja sufrió en lo que al clero se refiere una persecución y exterminio que no se conocían desde los tiempos de los romanos.Sin embargo los curas españoles, más que curas son españoles y por lo tanto ingratos, olvidaron el papel que tuvo el Caudillo como defensor de la Fe y en muchos casos se convirtieron en auténticos rojazos que defendieron a aquellos que peor los trataron. Y más en la actualidad pues ya puede ver a los curas vascos y catalanes, representantes de la peor escoria espiritual defendiendo a separatistas y terroristas. Un beso, Viejo Lobo.