lunes, 24 de octubre de 2011

ברוכים הבאים הביתה.BIENVENIDO A CASA.


Para quienes como yo, no somos israelíes, ni vivimos allí, pero tenemos un gran cariño tanto por Israel como por su pueblo, la liberación de Gilad Shalit, nos supones sensaciones contrapuestas como he dicho con anterioridad en este blog.Evidentemente por un lado la alegría de ver a este soldado judío libre y con los suyos después de casi cinco años de secuestro, pero por otro lado la tristeza y la preocupación porque esto ha sido a cambio de la puesta en libertad de más de mil terroristas palestinos, que han cometido atentados contra Israel y sus ciudadanos.

Como digo desde fuera somos muchos los que no entendemos este canje tan desproporcionado, hay otros que lo engloban dentro del conflicto de Oriente Medio o que incluso intentan encontrar explicaciones mucho más sesudas y elaboradas.

Yo modestamente pienso, que no tiene nada que ver con cuestiones políticas sino con la propia mentalidad de Israel, que supone no dejar abandonado a ninguno de los suyos, vivos o muertos.Para Israel la vida de cada uno de sus ciudadanos es más que sagrada.En cambio en el lado palestino es lo contrario, todos recordamos la utilización por parte de Hamas,Fatta o cualquier otro grupo terrorista palestino de niños o incluso retrasados mentales como suicidas, además de otras personas a las que no había que engañar para que se inmolasen en nombre de Ala,porque ya habían sido fanatizados por estos terroristas.

Viendo como Israel, emplea todos sus esfuerzos, en este caso mediante canje, y en otros empleando la fuerza o incluso persiguiendo por todo el mundo a quienes habían asesinado a ciudadanos judíos, uno llega a la conclusión de que hay sociedades superiores moralmente, en este caso Israel, a otras, por ejemplo España y que además en el primer caso no esta dispuesta a dejarse exterminar sino que a lo largo de la historia, ha desarrollado un enorme instinto de supervivencia.

En cambio nuestro país, España, es todo lo contrario, está dispuesto a claudicar ante unos terroristas para conseguir un falso bienestar, por ello es posible que ese sentimiento antisemita tan presente en nuestro país no es más que reflejo de una sociedad, como es la española, gris, mezquina, miserable y acomodaticia.Algo peor que el odio es la envidia malsana del mediocre.

Pero el estado judío no es así, que nadie se engañe efectivamente el intercambio es desproporcionado, pero desde luego que no piensen los terroristas que Israel va a practicar una política de apaciguamiento, ni de debilidad contra aquellos que pretenden aniquilarlos, sino más bien todo lo contrario.

Sólo una cosa más, ningún giliprogre o gilifacha español o europeo podrá acusar de inmovilismo, ni falta de diálogo a Benjamín Netanyahu después de la liberación Gilad Shalit.

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