jueves, 17 de mayo de 2007

OSMIN Y SUS HISTORIAS (VII)

Tras varios días sin estar por aquí de nuevo Osmin vuelve a este blog,lo habíamos dejado hablando con Julio Ferrando,el político para el que trabaja para así poder sacarse unos ingresos extras.

Como lo conocia tanto tiempo,la verdad es que a pesar de que no soy demasiado despierto,lo veía venir al muy cabrón desde lejos,no podía tragarme sus frases aduladoras ni tampoco su supuesta honradez política,claro que los que estaban en el gobierno de la Generalitat no eran mucho mejores empezando por su presidente Pepe Prats,un meápilas sin carisma,pero que ganaba y ganaba las elecciones.Claro que mi "amigo" Julio Ferrando como mínimo era tan malo como el otro siempre defendiendo la integración con los inmigrantes especialmente si eran musulmanes,¡progre de mierda!,pero sin embargo tenía en su casa a dos empleadas de hogar ilegales a las que no había dado de alta en la Seguridad Social ,a las que pagaba un sueldo miserable y a las que a la menor oportunidad estoy seguro no vacilaría en despedir.

-Querido Osmin-comenzó a hablar Julio-la verdad es que mi último artículo...bueno es decir tu último artículo sobre la especulación urbanística ha sido muy brillante,gracias a eso estoy subiendo enteros en el partido,seguro que en la próximas elecciones rascaré bola,je,je,je.Pero bueno lo que te quería pedir es un nuevo favor,tengo que dar un discurso en la Cámara de Comercio sobre el impacto de la inmigración en nuestro mercado de trabajo.

Eso erá precisamente lo que más me costaba no el trabajo en si,por hacerlo,sino el tener que ponerme en una forma de pensar que no era la mía en absoluto,y encima dejar bien a un cabrón como era Julio Ferrando.

-¿Había pensado en darle algún tipo de enfoque,para dar el discurso?-siempre utilizaba el usted con él a pesar de que era un poco más mayor que yo.

-Confio plenamente en tí,pero solo quiero comentarte una cosa,que estoy seguro que alguien tan inteligente como tú entenderá a la primera,digamos que mí futuro político esta muy unido a ese discurso.Si todo sale bien,tú sabes que te tendré muy presente.

-Tranquilo Julio no le defraudaré.

Después de esta conversación salí del despacho y fuí a casa de mi madre a recoger a mi hija,tenía que bañarla,darle la cena y acostarla,afortunadamente al día siguiente y gracías a mi "picaresca" siempre me las arreglaba,para no ir a mí trabajo en la Tesoreria cuando tenía que hacer algún "trabajito" para Julio Ferrando.

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