domingo, 1 de abril de 2012

EL PRÍNCIPE, SIMPLEMENTE EXTRAORDINARIO.




En 1951 José Antonio Nieves Conde dirigió la película española “Balarrasa”,protagonizada por Fernando Fernan Gomez,en la que interpretaba a un misionero español ,Javier Mendoza, que en los últimos momentos de su vida recordaba su existencia. Este hombre,de familia pudiente, había llevado hasta convertirse en sacerdote una vida frívola, marcada por la fiesta, las mujeres y el juego, precisamente esto último hizo que su destino cambiase, pues tras jugarse un cambio de guardia con un compañero, éste murió en el turno que le correspondía a Mendoza. A partir de ese momento su vida cambio. Pero con lo que me quedo de esta película es con la actuación de Manolo Morán que interpreta, como hizo en bastantes ocasiones, a un taxista llamado Desiderio que era quien solía llevar a sus innumerables juergas a Balarrasa,sintiendo desde el principio una gran admiración por éste,coronado siempre con la frase “extraordinario”, incluso el día en que ve a Fernan Gomez ordenarse sacerdote.

El Viejo Lobo, es un pozo extraordinario, o más bien infinito de sabiduría, por eso a pesar de que ya nos conocemos hace muchos años, aún sigo aprendiendo muchísimas cosas de él. Por eso creo que mi amigo, ha optado, de forma acertada, por ir suministrándome esa información poco a poco. En todo este tiempo he sabido lo que era una trompeta, una pera, los flayers (creo que se escribe así).Una de las cosas que me llamaba la atención es que personas del entorno más cercano al Viejo Lobo, sabían toda esa información de forma natural, sin embargo el resto del común de los mortales no.

Sin duda alguna el Viejo Lobo es una persona singular, evidentemente y valga la redundancia, porque todos somos únicos e irrepetibles, afortunadamente, porque si no éste sería un mundo aún peor de lo que es.

Podría contar innumerables anécdotas del Viejo Lobo, como aquella del pito imperativo, cuando en cierta ocasión un gorrilla hizo sonar un silbato para organizar el tráfico, circunstancia que molesto mucho a mi amigo y que hizo que no le diese propina al susodicho. Y es que el Viejo Lobo es un espíritu libre y no permite que nadie le marque nada.

El caso es que hace unos pocos días coincidiendo con la jornada de huelga me acerqué al FNAC, como suelo hacer, y en este caso con más razón, por ese espíritu tocahuevos que me caracteriza. Por razones obvias tuve que subir al excusado de caballeros y cuando salía me encontré , para mi sorpresa, con el Viejo Lobo. Evidentemente él se encontraba allí por razones diferentes pues asistía a la manifestación, pero allí estaba,como siempre con prestancia y seguridad, y despertando el hormonéo de las señoritas que hacían cola el servicio de chicas.Como siempre el Viejo Lobo estaba manejando los tiempos con singular maestría, como digo cuando pasamos entre esa mujeres me dí cuenta de las pasiones que levantaba entre ellas, yo simplemente asistía, como siempre a este gran espectáculo, y como dijo el gran Martín Prieto,orgulloso,también yo, porque iba junto al Príncipe.

2 comentarios:

El Viejo Lobo dijo...

Fue absolutamente lamentable que, por culpa del día de huelga, usted y yo no cumpliéramos con el rito de comer juntos y de burlarnos de todo y de todos, sobre todo de tirios y troyanos. Pero también fue extraordinario que,gracias a ella y por diferentes motivos tuvimos ese encuentro que usted, con su maestría habitual, describe tan acertadamente y que nos llevó en cuanto nos vimos un nuevo ataque de hilaridad, tan necesaria para sobrevivir en estos tiempos tan miserables.

Desgraciadamente es el tiempo el que nos maneja a nosotros, pero siempre nos quedan los clásicos y todos los que sabemos valorar y entender sus mensajes.

El ya tristemente fallecido escritor mallorquín Baltasar Porcel, tuvo el inmenso detalle de abrirnos camino cuando en su libro Todos los Espejos, incluyó los siguientes versos de Shakesperare:


Más ¡qué!, haz lo que quieras, Tiempo viejo: malpese a tu manejo,
mi amor por siempre joven vive en este espejo.

W.S.: Soneto XIX

Un abrazo.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Afortunadamente,nosotros aún tenemos la capacidad de manejar los tiempos a pesar de que parezca que el ritmo y las circunstancias de este perro mundo,pretendan obligarnos a hacer lo contrario.Un beso Viejo Lobo.