lunes, 13 de abril de 2009

UN PRESIDENTE NAZI-COMUNISTA.


La verdad es que los iconos de nuestra izquierda pijo-cutre son auténticos impresentables.El caso es que Evo Morales,lider populista nazi-comunista de Bolivia,esta en huelga de hambre porque el Congreso Nacional de su país no le aprueba una Ley electoral que permitiría su reelección practicamente segura y más después de la última reforma constitucional que permite presentarse a un nuevo mandato,además de consagrar la superioridad de una etnia,la indígena (nazismo puro), sobre las restantes del país.Este comportamiento más cercano al de un niñato enfadado que al de un mandatario político pone de manifiesto el tipo de gentuza que esta asumiendo responsabilidades de gobierno en los últimos años en esa zona del mundo (Correa en Ecuador o Chavez en Venezuela),mezcla de indigenismo racista y colectivización comunista,es decir que segregan como superiores a unas razas sobre otras y socializan la miseria.Pues bueno escoria como esta es la que pone a nuestro progrerio patrio,que por supuesto en su modo de vida cotidiana no tiene reflejo,pues todos ellos tienen un más que considerable patrimonio económico y en otras cosas también utilizan el "vil" estilo de vida capitalista,ya se sabe sus dobles raseros.El caso es que personajes como Evo Morales son los referentes de políticos mediocres e irresponsables como Rodriguez Zapatero,que además de acoger a gran cantidad personas que vienen entre otros países de la propia Bolivia,"inexplicable",si es el paraíso de la clase trabajadora,también intenta aplicar esas chorradas en un país occidental como España,véase la "Ley de la Memoria Histórica" y otras tonterías.Pero a mi lo que me hace gracia de esta manada de progres es que prestan su apoyo a regímenes como el boliviano con maneras propias del nacionalsocialismo,porque tan nazi es hacer prevalecer al ario por el hecho de serlo como al indígena por las mismas razones,pero en fin son las contradicciones de nuestros progres.

2 comentarios:

Jesús Sanz Rioja dijo...

Esperpéntico, ciertamente. ¿Quién necesita leer a Valle-Inclán con este personal?

Anónimo dijo...

La huelga de hambre de ese es como la de la Juana...