domingo, 19 de agosto de 2007

LA CHUSMA RUMANA.

Iba paseando por la ciudad una tranquila noche de viernes veraniego,Valencia aún seguía conservando para él recuerdos que estaban empezando a ser mejores que antes,no solo porque lo fueran que no siempre fue así,sino por el simple hecho de que era más joven y porque pensaba que se iba a comer el mundo.En la acera de enfrente vio a unos niños no serían más de cinco y su edad no superaría los catorce años,tenían una expresión de odio y maldad que delataba su origen,uno de ellos le señaló,cruzaron la calzada y se pusieron a su altura,pretendían que les diera algo,pero sin embargo él les miro si cabe con una mirada de más odio y por primera vez en varios días aquella chusma rumana sintió temor,pero precisamente su nulo concepto de educación y urbanidad les hacia seguir molestándolo,pero sin embargo no sabían que él en ese momento y debido a que tras unos días de darse cuenta de que aquella ciudad que el amaba estaba siendo cambiada por un tropel de malnacidos como esos, venidos de otras tierras,había ido acumulando una ira interior que podría estallar en cualquier momento,y por cualquier causa.La mecha que encendió aquel volcán en erupción,se produjo cuando unos de aquellos críos le toco el brazo,él se volvió y le dio una patada en sus partes,otros de los chicos que intentaron abalanzarse sobre él vieron como sus dos puños se incrustaron en sus mentones,empezando a sangra como cerdos por último los dos que quedaban pretendieron huir despavoridos pero él les dio alcance y se llevaron la peor parte a uno lo tiró al suelo y le pateo la cabeza los gritos y llantos de este le sonaron como música celestial en su cabeza y el quinto del grupo recibió una patada en las costillas cayendo al suelo y allí siguió recibiendo patadas hasta que se cansó.Él empezó a bramar estaba solo en la calle,sentía la impunidad que experimentas cuando no te ve nadie,los cinco a duras a penas salieron cojeando y llorando y sobre todo aterrorizados porque no sabían que es lo que les había pasado por encima.La sonrisa de él si cabe les asustó más,sentía una profunda satisfacción que incluso hacia que precisamente le chocará no estar arrepentido ni con remordimientos,se fueron corriendo y el siguió andando con tranquilidad había vengado a su ciudad,él no era como ellos,pero tenía que actuar como ellos para defenderse.Volvió a su casa,su hija ya dormía y su mujer también,ella ya sabía de sus manías,las respetaba pues sabía que toda persona necesita su espacio vital,y cuando en la cama sintió su mano limpia y suave la acarició y la besó y el también a ella y fue cuando recordó que precisamente por eso era inmensamente feliz.

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