OSMÍN Y SUS HISTORIAS (II).

Desde luego el nivel de este blog va de mal en peor,y la prueba más evidente es que me interesa más lo que dice mi amigo Osmín que no las chorradas que escribo yo,en fin veremos que nos cuenta hoy.

Soy Osmín de nuevo tengo la oportunidad de hablar de gente que conozco bien por razones de trabajo,de familia o las menos por razones íntimas.

Mi tío Cosme era bastante especial,peculiar,raro o directamente un cabroncete.Para empezar no era exactamente mi tío,lo que pasa es que desde siempre había sido muy amigo de mi familia,yo lo recordaba desde pequeño,cuando solía venir a alguna celebración familiar,conmigo siempre era muy simpático y me regalaba chocolatinas,a cambio de que cada vez que lo hacia le recitase la tabla de multiplicar de un determinado número.La vida nos suele llevar por otros derroteros,pero a pesar de eso nunca perdí el contacto con el aunque cada vez era más esporádico,aún así siempre aparecía en el momento justo como cuando me divorcie,el tío Cosme que era poseedor de una considerable fortuna tanto económica como patrimonial que nadie sabíamos a ciencia cierta como había amasado,me consiguió un buen abogado y que no solo me permitió tener a mi hija Zoraida más tiempo que la mayoría de los padres sino que además impidió que la cabrona de mi ex-mujer me sacará una cuantiosa pensión,aunque desde luego no se quedo en la ruina,el acuerdo económico le reportó una generosa compensación económica de la cual se hizo cargo el tío Cosme.Algún que otro domingo solía ir con mi hija a su casa.El viejo que casi tenía ochenta años vivía en un pequeño palacete en la zona céntrica de la ciudad,junto con su fiel mayordomo Martín del cual nunca he sabido ni siquiera su apellido y por su ama de llaves llamada doña Teresa con la que siempre jugaba mi hija.A mí la verdad es que algunas veces me resultaba pesado aquellas visitas que le tenía que hacer,pero sabía perfectamente que era en cierto modo el peaje que tenía que pagar por recibir y haber recibido su ayuda económica en ciertas ocasiones.Aquella tarde la verdad es que no era precisamente primaveral a pesar de que era el mes de abril,después de aparcar el coche en el garaje que estaba en la planta baja de la casa tío Cosme,subimos al primer piso donde me estaba esperando Martín,que cogió tanto el abrigo de mi hija como el mío.Detrás venía el viejo con la sonrisa en la boca,mi hija Zoraida se lanzó a sus brazos.

-¡Tío!-bramó mi hija al verlo.

El viejo cogió a mi hija de la mano mientras le hacia escuchitas y la acompañó a la cocina donde estaba doña Teresa preparando algo,a mí hija esas cosas le encantaban,aunque no tenía más 8 años,era muy mañosa en las tareas culinarias,y el fin de semana que estaba conmigo preparaba alguna cosilla muy simple como una tortilla o cosas así,pues yo al contrario que su madre no era tan estricto a la hora de estar conmigo.

El tío Cosme después se acercó a mí y me dio un abrazo.

-¿Como estas sobrino?-aunque siempre me había chirriado un poco que me llamase así pues no era tio carnal mio,no me quedaba más remedio que aceptarlo-vámonos al salón a tomar un jerez y charlar un poco.

-Claro,pero no bebamos mucho,ya sabes que hace tiempo que tomo lo justo de alcohol.

-Tranquilo,¡coño! que soy el tío Cosme.

Me hacia gracia esa vena un tanto arrabalera pero tocada con distinción que algunas veces afloraba en él.Nos dirigimos al salón y allí me sirvió una copa de jerez,nos sentamos en unos cómodos sillones,tras ponerse su copa,el tío Cosme parecía ensimismado,se levantó y puso un CD,eran las Cuatro Estaciones de Vivaldi.

-Una obra maestra-dijo mientras imaginariamente dirigía una orquesta-,es lo contrario de todo lo que nos rodea,donde no hay más que vulgaridad,zafiedad,mezquindad,ordinariez o como diría Santo Tomas,una puta mierda.

¡Coño con el tío Cosme!,pensé esta vez había empezado fuerte,ya lo había visto en otras ocasiones despotricando de todo y de todos pero ahora,si cabe el tono era más duro y amargo.

-Si Osmín,¿que crees que aunque este podrido de pasta no soy consciente de donde vivo?.Por supuesto que mi posición social me permite vivir bien,pero eso hace que me de cuenta de que la gente solo te trata bien cuando vas con la billetera por delante,son todos la misma mierda,progres,carcas,beatos,ateos,sus miserables vidas no valen un céntimo,y ante toda esta basura es muy difícil mantener la dignidad,salvo que tengas mas huevos que ellos.Aprende Osmín,desprecia al que trata mal al débil y bien al fuerte,al que solo respeta al que teme.Por mi mismo me valoro poco pero si me comparo con ellos,mi autestima sube enteros.Pero bueno todo esto viene por una historia que te quiero contar,es un viejo amor,tal vez mi único amor,ella hizo que aunque fuera por poco tiempo pensara que no todo era una mierda,me hizo frágil y débil,pero porque estaba enamorado y también....

En ese punto el tono de su voz se quebró por la emoción y aunque no llego a llorar durante unos segundos sus palabras se cortaron,incluso se saco un pañuelo,para limpiarse sus ojos que timidamente se habían humedecido.Comprendí que todos tenemos historias secretas que de alguna manera marcan nuestras vidas para bien o para mal y que suelen suponer un punto de no retorno y que pueden producir un cambio en nuestra manera de ver las cosas.