De nuevo se asoma Osmin a este blog,para continuar sus historias o simplemente las cosas que le pasan, haber que dice hoy este descerebrado.
La tarde con el tío Cosme fue bastante amena,me contó su historia de amor con Beatriz,la conoció cuando ambos apenas tenían 20 años,me habló de la hermosa que era,de las circunstancias tan difíciles que les rodeaban,él trabajaba como estibador en el puerto,ella no era más que la hija de un cabrón borrachín que tenía un tugurio que él llamaba taberna.
-El mal nacido del padre de la chica -decía el tio Cosme-le hacia la vida imposible,ella trabajaba de sol a sol,nos veíamos al final del día,eran los años de la post guerra en Valencia,eran tiempos muy duros.Nos queríamos y pensamos en casarnos e irnos a trabajar a Argentina,pues un amigo mío,estaba trabajando en la construcción de barcos allí,yo sabía que si quería prosperar tenía que irme o toda mi vida sería una mierda.
-¿Por qué nunca nos contaste nada en casa?-pregunté yo,interesado por saber por fin un poco más de la vida del viejo y del origen de su enorme fortuna.
-El único que lo sabía era tu abuelo,el me consiguió aquel trabajo en el puerto,fue la única persona que se porto bien conmigo.A pesar de tener su familia,a mi me trató como a uno más,y eso yo nunca lo pude olvidar,siempre sentí que tenía una deuda moral hacia él y hacia su familia.Tu madre era un poco más joven que yo cuando partí hacia Argentina ella,tal vez si que lo recuerde.
-¿Pero,bueno que paso con Beatriz?-le pregunte otra vez,ahora si cabe con un interés mucho mayor.
-Lo teníamos todo listo para irnos,pensamos en que una vez allí podríamos ahorrar dinero y pasado cierto tiempo casarnos y con lo que hubiéramos ganado en Argentina,poner un negocio aquí,relacionado con la industria naval.Pero el día que habíamos quedado para partir en barco hacia Barcelona y una vez allí,coger un avión para Buenos Aires ella no apareció.Me desesperé,incluso fui a buscarla a su casa,el cabrón de su padre, me dijo que se había ido con un cliente habitual de su local,un aristócrata austriaco que había conseguido salvar su fortuna después de la guerra mundial y que se había establecido en Valencia,pero que me había dejado una carta,y que le había pedido a su padre que me la entregará en mano,como así fue....
-¿Y?...-yo ya estaba ansioso por saber lo que decía la carta y conocer el final de la historia.
-¿Por qué no nos vamos a cenar al puerto,querido sobrino?.
-¿Qué?-no podía dar crédito a lo que oía,una de las cosas que me admiraban del tío Cosme,era como podía cambiar de tono pasar del apasionamiento a una postura,cínica,fría que incluso se reía de si mismo.
El viejo me comentó que podría dejar a mi hija en su casa,para que pasase la noche,mientras nosotros nos iríamos a pasar la velada fuera.Dicho y hecho,Martín saco el coche, y nos acomodamos en él,a pesar de que estaba ansioso por conocer los secretos del tío Cosme,mientras hacíamos el trayecto hacia el puerto para cenar,miraba por las ventanillas,y veía aquellas cosas que siempre hacían que me quedase en las nubes,o en mi mundo.
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