martes, 24 de noviembre de 2009

EL MEAPILISMO PROGRE.

Entre las innumerables taras,más bien defectos de lo que se ha dado en llamar "sociedad española" o como yo digo manada de inmorales catetos,con perdón...de las manadas,como iba diciendo si hay una actitud que me molesta especialmente es el de la hipocresia o hacer lo contrario de lo que se dice que se piensa,circunstancia esta última (la de tener la capacidad de pensar,por supuesto) muy difícil entre gran parte de la masa borreguil patria.En concreto quiero referirme a esas parejas que se casan por la iglesia o que bautizan a sus hijos o que estos toman la comunión cuando se da la circunstancia que estas mismas personas despotrican de la Iglesia católica,pero sin embargo participan en ceremonias vinculadas a este credo.Porque pienso que es impresentable que te burles de una religión pero sin embargo luego quieras participar de sus ritos.La razón suele ser siempre la misma,que les encanta los bodorrios,bautizos y comuniones(en este último caso porque el nene o la nena ve que en clase el resto de sus "amiguitos" también lo hace y además le regalan cosas)con cura,iglesia,invitados,banquete,etc.En fin da auténtico asco incluso para alguien que como yo,no se si soy un agnóstico con limitaciones,un ateo con duda o un creyente decepcionado o todo a la vez.A pesar de todo esto no dejo de admirar,respetar y sobre todo envidiar a aquellos que profesan la fe cristina con fervor verdadero.Pero sin embargo a esta manada de piji-progres tanto de derechas como de izquierdas que presumen de su promiscuidad sexual,relativismo,"ateismo demode",pero que sin embargo luego pierden el culo por montar cualquier fiestón,que es lo que en fondo piensan,en una iglesia,para luego si se separan por supuesto le echan la culpa de todo a la religión católica,los desprecio .Desde luego si aceptas las reglas para ingresar en club tienes que cumplirlas,eso es lo que hay,así que luego no te quejes.

1 comentario:

Fernando García Pañeda dijo...

El problema patrio por antonomasia es la especie de necesidad que existe de clasificar a las personas en cajones estancos, con reglas inmutables y ultraortodoxas. Y no te cuento ya donde yo vivo: o estás conmigo o estás contra mi.
Afecta a todos los colores, aunque con más gravedad, al menos en estos tiempos, al elemento progre.